Munich. El Barcelona nunca ha ganado en Munich. Ni lo hará, al menos en un rato más. Ni falta hacía. El cuadro culé se metió al Alianz Arena para caer 3-2 en la vuelta de las semifinales de la Liga de campeones de Europa, pero vencer en el global con un contundente 5-3 al Bayern Munich de Pep Guardiola, y calificar a la Final de la Champions League del próximo junio en Berlín.
El gigante no era Bávaro, sino blaugrana. Suficientemente fuerte como para aplastar al campeón de la Bundesliga en cuanto se decidió.
Cierto que el Bayern empezó ganando el partido apenas al minuto siete gracias al marroquí Mehdí Benatia. Una débil ilusión de remontada que se desvaneció en cuanto el visitante se puso a trabajar encandilado por su tridente. Un par de combinaciones y el Barcelona ya estaba al frente dos goles a uno, gracias a tantos de Neymar al minuto 15 y uno más al 29.
Fue lo que duró la contienda, definida por la pegada de un portentoso Barcelona que después se guardó. Por eso Bayern pudo alcanzar a rasguñar con la tímida voltereta para defender en algo el orgullo de sus aficionados que abarrotaron el Alianz Arena.
Al menos eso significó el empate a dos de Lewandoski al 59, y la ventaja definitiva que culminó Müller al minuto 74.
Barcelona viajará a Berlín el próximo 6 de junio en búsqueda de su quinta orejona. Y es que de momento, el cuadro que dirige Luis Enrique ocupa el cuarto lugar en el ranking histórico de la competición que encabeza el Real Madrid, vigente campeón, con 10 títulos; le siguen el Milán tiene en sus vitrinas siete réplicas y el Bayern de Munich y el Liverpool, cinco trofeos.
El Barça, como el Ajax de Amsterdam, suma cuatro títulos entre la Copa de Europa y la Champions League. De hecho, el FC Barcelona tiene el honor de haber ganado la última edición de la competición con la primera denominación (1992), mientras que los restantes títulos ya los logró bajo el nombre actual de Champions.
Barcelona sólo espera rival: Real Madrid o Juventus. Cualquiera lo sabrá de antemano: para ganar la Champions deberá ir a derrotar un monstruo a Berlín, sólo que éste no es bávaro, sino catalán y color blaugrana.