Dzhokhar Tsarnaev fue condenado a morir por inyección letal tras ser hallado culpable de los atentados en la Maratón de Boston que dejaron tres muertos y 260 heridos el 15 de abril del 2013.

 

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Tras deliberar durante 15 horas, el jurado federal del caso, integrado por 12 miembros, llegó al veredicto final en el que se manejó la posibilidad de cadena perpetua; sin embargo, tomó la decisión de sentenciarlo a la pena capital.

 

Durante la lectura de la sentencia a muerte, ni Tsarnaev ni su familia mostraron reacción alguna.

 

La decisión prepara el terreno para lo que podría ser la primera ejecución en el país de un terrorista en la era posterior a los atentados del 11 de septiembre de 2001, aunque el caso posiblemente se alargará años debido al proceso de apelaciones.

 

Los miembros del jurado escucharon el testimonio emocional de los sobrevivientes del atentado que hicieron una descripción de cómo vieron a alguien a su lado muerto.

 

Interés a nivel mundial

 

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Tsarnaev, de 21 años de edad, fue declarado culpable el mes pasado de los 30 cargos federales en su contra, 17 de los cuales llevan a la posibilidad de la pena de muerte.

 

Tres personas murieron y más de 260 resultaron heridas cuando dos bombas fabricadas con ollas de presión para cocina llenas de metralla explotaron cerca de la línea de meta del maratón el 15 de abril del 2013.

 

Judy Clarke, abogada de Tsarnaev y reconocida especialista en pena de muerte, admitió desde un principio que su cliente participó en los atentados, pero trató de demostrar que la mayor parte de la culpa por el ataque cayó sobre su hermano mayor radicalizado, Tamerlan, que quería castigar a Estados Unidos por sus acciones en los países musulmanes.

 

Los fiscales retrataron a Tsarnaev como un socio igualitario en el ataque, diciendo que era tan cruel que puso una bomba detrás de un grupo de niños, matando a uno de 8 años de edad. Tamerlan murió en un tiroteo con la policía después del bombardeo.

 

Cronología: atentado que empañó la Maratón de Boston

 

El 15 de abril de 2013, la explosión de dos bombas de fabricación casera en la línea de meta de la carrera que anualmente se celebra en Boston, Massachusetts, encendieron la alarma en EU, por lo que las autoridades federales ordenaron restricciones en la navegación aérea sobre la ciudad.

 

Un día después, desde la Casa Blanca el presidente de EU, Barack Obama, admitió que se trataba de un acto terrorista.

 

El pánico que vivió Boston se extendió a Washington tras conocerse que una carta que aparentemente contenía ricina había sido enviada al mandatario estadunidense y detectarse tres paquetes sospechosos dirigidos al Senado.

 

Sin embargo, la posterior investigación descartó que estos hechos estuviesen relacionados con el ataque terrorista.

 

El despliegue del FBI y la Policía de Boston dio sus primeros frutos con la identificación de los supuestos responsables, los hermanos Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, dos jóvenes de origen ruso que habían residido con su familia en Kirguizistán y en la república rusa de Daguestán, que en ese momento vivían de forma legal en Estados Unidos y de quienes se difundieron fotografías.

 

La noche del 18 de abril, los sospechosos mataron supuestamente a Sean Collier, un policía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y posteriormente secuestraron a un inmigrante chino, al que obligaron a conducirles a un lugar donde recogieron material explosivo y armas y a entregarles la clave de su tarjeta de crédito, con la que retiraron 800 dólares.

 

En un descuido, el ciudadano chino consiguió huir y avisar a la policía, que localizó a los Tsarnaev en Watertown, una población a las afueras de Boston donde los hermanos comenzaron un tiroteo con agentes en el que resultó muerto el mayor de ellos, Tamerlan, y tras el cual Dzhokar se dio a la fuga.

 

Los agentes encontraron en el lugar del tiroteo pistolas, un rifle y al menos seis bombas.

 

La persecución del menor de los hermanos motivó una espectacular operación policial que incluyó su búsqueda puerta a puerta y que miles de personas se quedaran encerradas en sus casas por un toque de queda generalizado.

 

Tras días de incertidumbre y casi 24 horas de persecución, el 19 de abril se detuvo al sospechoso, escondido en un barco de recreo guardado en el patio trasero de una vivienda de Watertown y cuyo dueño avisó a la policía.

 

El ahora condenado tenía una herida de bala en la garganta que obligó a su hospitalización en estado grave.

 

Dzhokar Tsarnaev fue acusado por el Gobierno estadunidense el 22 de abril de uso de “armas de destrucción masiva” contra personas por su implicación en el estallido de dos bombas al final del maratón.

 

Según la acusación, sería juzgado por un tribunal civil y no por uno militar, al no ser considerado un “combatiente enemigo”.

 

El 27 de junio un gran jurado federal le acusó de 30 cargos, entre ellos asesinato múltiple y uso de un arma de destrucción masiva, por la explosión de las bombas que acabaron con la vida de tres personas durante la carrera y por la muerte a tiros del agente en el MIT.

 

En el auto de acusación se revelaban detalles sobre los atentados y la preparación de éstos, como que los hermanos aprendieron a fabricar artefactos explosivos mediante una publicación en internet llamada Inspire editada por Al Qaeda en la Península Arábiga.

 

Señalaba, además, que cada hermano portaba una mochila con una bomba en su interior y que la explosionada por Tamerlan Tsarnaev mató a una persona y la detonada por Dzhokhar a dos.

 

La investigación del atentado continuó en el entorno del detenido y llevó el 1 de mayo a la detención de dos estudiantes kazajos y un estadounidense acusados de ayudar a Dzhokhar Tsarnaev y obstruir a la justicia.

 

Además, un agente del FBI mató el 22 de mayo de 2013 en Orlando (Florida) a un hombre de origen checheno durante el interrogatorio por su supuesta relación con el sospechoso.

 

Dzhokhar Tsarnaev compareció por primera vez ante la jueza federal Marianne Bowler el 10 de julio de 2013, para comenzar la instrucción de su caso en una sala del tribunal en Boston y, al ser preguntado sobre cómo se declaraba de los cargos federales de los que se le acusaba, respondió “no culpable”.

 

Tras varios aplazamientos, el juicio se celebró entre el 4 de marzo y el 6 de abril pasado y durante el mismo el Departamento de Justicia de EU pidió la pena capital.

 

El 8 de abril el jurado, por unanimidad, lo encontró culpable de los 30 cargos de los que se le acusaba, tras lo cual comenzó la segunda fase del juicio para dirimir la pena.  DM