A pesar de las regulaciones impuestas por las autoridades sanitarias para evitar que las personas enfermas se “auto-receten” antibióticos, los médicos y pediatras continúan recetándolos de manera discrecional.
La cuestión, aseguró Sarbelio Moreno Espinosa, jefe del departamento de Infectología del Hospital Infantil de México Federico Gómez, es que ni los propios médicos están suficientemente capacitados saber cuándo sí y cuando no es necesario que un niño o una persona tome antibióticos.
Por ello, más de la mitad de los médicos generales que dan consulta externa continúan recetando estos medicamentos.
“Los médicos siguen recetando muchas veces antibiótico. Eso depende de la sapiencia, la capacidad y el buen oficio del médico. Es muy importante el problema de prescripciones de antibióticos sin fundamento, lo que pasa en el 75% de los casos”, dijo.
Por ello, señaló, para infecciones respiratorias antes de los 3 años no debería prescribirse ningún antibiótico, a menos que sea por otitis (infección en el oído) porque su cuerpo todavía no tiene receptores para estreptococos antes de los 5 años; esto quiere decir que no se le puede contagiar.
Si la infección es viral no se trata de dejar “desamparado” al bebé: se le da medicamento para controlar la fiebre y si la tos es molesta, se le controla con anti-tusígenos. Los antibióticos se les deben dar entre los 5 y 13 años, cuando su cuerpo ya se ha desarrollado lo suficiente para que a sus células se les pegue el estreptococo, el virus que ocasiona las infecciones en la garganta.
“Realmente no deberíamos usar antibióticos durante el primer año de vida y hasta los 3 (para las enfermedades en las vías respiratorias altas), pero lo hacemos. Asociamos lo grave con lo bacteriano, son cosas dentro de nuestra cultura que a veces nos importa más que la cultura médica. Si tengo una infección viral como tos, gripe, afonía, que eso no ocurre en las bacterias y le doy antibiótico es peor porque no voy a curar la gripa y voy a causar algo peor”.
Uno de los graves problemas de los antibióticos es que “barren” la microbiota el recubrimiento de bacterias “buenas” que genera el cuerpo humano y que le sirve para protegerse. Por ejemplo la flora intestinal, que protege a nuestro sistema digestivo de infecciones, o el recubrimiento interno de la vagina.