Lyman Spitzer propuso en 1946 poner un telescopio en el espacio exterior exponiendo que de esa manera se evitarían los problemas de desenfoque que se daban en la tierra debido a la atmósfera y se conseguirían imágenes más nítidas de las que ningún telescopio terrestre podría lograr.

 

Recopiló estas ideas en el documento Ventajas astronómicas de un observatorio extraterrestre. La propuesta fue revolucionaria para aquel momento, una década antes de que se lanzara el primer satélite al espacio y 12 años antes de la creación de la NASA.

 

A pesar de las críticas a las que se enfrentó Spitzer se dedicó a su telescopio espacial y trabajaría durante los siguientes 50 años para hacer su sueño realidad.

 

Continuó logrando méritos en el campo de la astrofísica y en 1947, con 33 años de edad, fue nombrado director del departamento de Ciencias Astrofísicas de la Universidad de Princeton, así como director del observatorio universitario que, bajo su liderazgo, se convirtió en un importante centro de investigación.

 

En 1939 consiguió trabajo como maestro en Yale y cuando estalló la segunda guerra mundial participó en la investigación del sonido bajo el agua, formando parte del equipo que desarrolló el sonar. Sin embargo fue después de la guerra cuando regresó a Yale, que tuvo la idea que lo hizo pasar a la historia.

 

Nació en el 26 de junio de 1914 en Toledo, Ohio, y seguramente heredó su entusiasmo y curiosidad de su antepasado Eli Whitney, quien inventó la desmotadora de algodón (la máquina que revolucionó al industria).

 

Estudiante apasionado y de vocación, Spitzer consiguió un lugar en la Universidad de Yale donde estudió física, luego pasó un año en la Universidad de Cambridge y finalmente en Princeton, completando una maestría y un doctorado en astrofísica bajo la tutela del famoso astrónomo Henry Norris Russell.

 

Estudió con fervor el medio estelar y la formación de estrellas, y su trabajo en este campo ha llevado a muchos a proclamarle el fundador del estudio del medio interestelar.

 

Tuvo la fortuna de ver como se desarrollaba el programa espacial y como su propuesta de poner telescopios en el espacio estaba cada vez más cerca de convertirse en realidad. En 1962 diseño un observatorio capaz de orbitar alrededor de la Tierra y que más tarde se convertiría en el satélite Copérnico, usado por la NASA entre 192 y 1981. Aunque muchos de sus colegas se oponían al desarrollo del telescopio espacial de Spitzer debido a su alto costo, él trabajó sin descanso para convencer a la comunidad académica y al Congreso de que era un esfuerzo que valdría la pena, hasta que finalmente lo consiguió en 1968 con el Observatorio Astronómico Orbital.

 

A pesar de que fue condecorado con numerosos premios, Spitzer nunca bajó el ritmo y logró convencer tanto a la NASA como al congreso de empezar a trabajar en el telescopio espacial Hubble en 1975; gracias a estos esfuerzos, el Congreso inició dicha construcción en 1977. En 1990, es decir 44 años después de que Spitzer propusiera la existencia de un telescopio en el espacio, se lanzó el Hubble y desde entonces su creación ha enviado impresionantes imágenes que antes habrían sido imposibles, ayudándonos a entender el espacio y permitiendo una gran cantidad de nuevos descubrimientos.

 

Lyman Spitzer trabajó sin descanso hasta el día de su muerte. Cuando falleció repentinamente el 31 de marzo de 1997, a la edad de 82 años, aún participaba en apasionantes debates y estudiaba los resultados del Hubble.

 

En 2003 la NASA lanzó un nuevo observatorio a la órbita de la Tierra, llamado telescopio espacial Spitzer, en honor al hombre cuya visión y determinación hicieron posible este enorme avance.

 

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