Gustavo Matosas no se fue del América por un capricho de la directiva que encabeza Ricardo Peláez. Aunque no se veía venir, las razones del adiós del entrenador que acaba de hacer campeones de la Concacaf a los del nido saltan a la vista.
1. Acepta el proyecto de Peláez
Cuando llega al América en diciembre 2014 aceptó el proyecto que ya estaba y que fue obra de Ricardo Peláez, presidente deportivo del equipo, que se acababa de cargar a Antonio Mohamed con todo y que les dio el título de Apertura 2014.
Matosas aceptó el encargo sin poder armar el equipo a su gusto al equipo y con ellos acepta las reglas del juego americanista que tiene tres años trabajando así, sin promotores y sin cumplir exigencias de los entrenadores a los que contrata.
2. No sólo cojean, sino hasta son goleados
Hondo caló en el ánimo de una directiva de mecha corta el hecho de que el América terminara goleado por rivales de menor categoría, o al menos en los números.
La crisis comenzó con la goleada del Herediano 3-0 al América el 17 de marzo, después, en la fecha 11 cuando el Veracruz los derrotó 4-0 en el puerto, de la mano de un símbolo americanista como es Carlos Reynoso.
Después, en la fecha 14 el Querétaro los humilló de la mano de Ronaldinho en el Estadio Azteca.
Aunque el América se recuperó después de eso y logró escalar al subliderato, la credibilidad de Matosas quedó tocada.
3. Primera amenaza de renuncia
Gustavo Matosas puso su renuncia sobre la mesa de Ricardo Peláez tras caer ante el Veracruz y no sólo eso, sino que lo hizo público.
Ese gesto no cayó nada bien a Peláez, pero no podía aceptarla, así que siguieron con el proyecto adelante. Fue el 20 de marzo.
4. No poder imponer disciplina a los jugadores
A Ricardo Peláez le gustan los equipos disciplinados y el América distó de serlo.
La muestra más clara la dio el zaguero argentino Paolo Goltz quien fue suspendido seis partidos en el torneo de la Concacaf, aunque al final la sanción terminó en tres, y después reincidió en contra de su equipo al ser expulsado en los Cuartos de Final. El equipo arrastró a lo largo del torneo reiterados episodios de ese tipo.
5. Segundo amague de renuncia y adiós
Al final, lo que ya no le soportaron a Matosas fue que volviera a amagar con renunciar tras no llegar a un acuerdo en los refuerzos. No hubo mucho tiempo para negociar. Matosas rechazó la lista de posibles refuerzos que le presentó la directiva y se montó en su macho con los jugadores que él prefería, como Carlos Peña. Cuando dejó entrever que sin esos jugadores no seguiría, le tomaron la palabra y le dieron las gracias.
¿Qué deja Matosas?. Un subliderato, dos triunfos y un empate en los clásicos ante Pumas, Cruz Azul y Chivas respectivamente, y su logro más importante sin duda: la obtención de la Copa de Campeones y Subcampeones de la CONCACAF. Además de la frustración que significó la eliminación en cuartos de final de la Liguilla por el título ante Pachuca que privó a los amarillos de la posibilidad de pelear por el bicampeonato.
Para Peláez, presidente deportivo de los americanistas, el adiós de Matosas significó su tercer técnico en su era y el tercero con el que no queda en los mejores términos.
Le pasó con el Piojo Miguel Herrera, que se suavizó por la salida de éste al Tri, luego tuvo diferencias que terminaron con la salida de Mohamed, y ahora el turno fue de Matosas. Aunque en su defensa el directivo puede presumir que ninguno se fue sin dar al menos un titulo a las Águilas.