El presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir, ha confirmado hoy el interés de la compañía por el proyecto de construcción del nuevo aeropuerto capitalino, el mayor proyecto de infraestructuras del país de los últimos años y que está presupuestado en más de 8 mil 200 millones de euros.
Por el momento OHL no ha conformado aún ningún consorcio para pujar por el proyecto, que redundará en un incremento del tráfico de su autopista en concesión Circuito Exterior Mexiquense (Conmex), de 110 kilómetros de longitud y que recorre 18 municipios del Estado de México.
El arquitecto británico Norman Foster y el mexicano Fernando Romero serán los encargados de construir el futuro aeropuerto de Ciudad de México, que se espera que salga a licitación en la primera mitad de 2016.
Foster, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2009, es considerado uno de los máximos exponentes de la arquitectura de vanguardia a nivel internacional.
Romero es el fundador y director del despacho de arquitectura FR-EE y yerno del multimillonario mexicano Carlos Slim, uno de los empresarios interesados en el proyecto, por el que también ha mostrado interés Ferrovial y grupos chinos.
El proyecto estrella del nuevo aeropuerto, bajo el mandato de Peña Nieto, es muy esperado desde hace años por la sociedad mexicana y se edificará en un terreno aledaño al actual.
Será la mayor obra de infraestructura de los últimos años en México y uno de los mayores de Latinoamérica. Contará con seis pistas y permitirá el tránsito de 120 millones de pasajeros anuales.
El Gobierno prevé invertir en la nueva terminal aérea cerca de 8.240 millones de euros (9.167 millones de dólares), según detalla el informe gubernamental sobre el segundo año de mandato de Peña Nieto (2012-2018).
En 2007 el aeropuerto de Ciudad de México fue remodelado y ampliado con la terminal 2 después del fracaso de un proyecto para construir uno nuevo en la localidad de San Salvador Atenco, pero ya está cerca del límite de su capacidad, que es de 32 millones de usuarios.