Uno había perdido un ojo y golpes en el rostro, otro los dientes sumidos como por el impacto de algo y uno más tenía un tiro por arriba de la cabeza.
Familiares de algunos de los 42 muertos en un supuesto choque armado con autoridades dijeron a The Associated Press el domingo que luego de ver en la morgue cómo quedaron los cuerpos de sus hermanos, esposos o hijos no creen que se haya tratado de un enfrentamiento como sostiene el gobierno.
El gobierno informó el viernes que 42 supuestos criminales y un policía federal murieron tras un enfrentamiento en un rancho del estado occidental de Michoacán entre presuntos miembros de un cártel de las drogas y fuerzas federales, en el choque más mortífero en la historia reciente de México. Tres personas fueron detenidas y se decomisaron más de 36 armas.
Pero la cifra mínima de bajas federales, junto con algunas fotografías que muestran entre otras cosas que algunos cuerpos habrían sido movidos de lugar, ha provocado dudas sobre la veracidad de la versión oficial.
El 30 de junio, en el Estado de México, ocurrió un caso similar cuando el ejército dijo que en un supuesto enfrentamiento habían muerto 22 presuntos delincuentes y solo un soldado había quedado herido. Una investigación de la AP reveló que varios de los sospechosos fueron ejecutados después de que se rindieron en una bodega de la municipalidad de Tlatlaya.
Funcionarios federales han dicho que los fallecidos eran presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, uno de los mayores grupos del narcotráfico en México y cuyo bastión es el estado de Jalisco, vecino a Michoacán.
Un funcionario del gobierno de Michoacán dijo a la AP que los 42 fallecidos eran hombres y que la mayoría eran originarios de Jalisco.
La mayoría murió por heridas de arma de fuego, agregó el funcionario, quien habló a condición de permanecer en el anonimato porque no estaba autorizado a hablar con periodistas.
Familiares de algunos de los fallecidos, que también solicitaron el anonimato por temor a represalias como condición para hacer comentarios, dijeron a la AP que varios de ellos venían de la localidad de Ocotlán, en Jalisco.
Una señora de mediana edad que buscaba a su hermano dijo que un grupo de al menos 25 personas salieron de Ocotlán cerca de una semana antes y sólo dijeron que iban a ir a trabajar a un rancho a Michoacán.
Comentó que su hermano -a quien tampoco identificó- estaba en ese grupo, pero que no lo reconoció en las fotografías que las autoridades les mostraron a los familiares. Dijo que le notificaron que de las 42 víctimas había seis cuerpos “quemados” y que ella estaba en espera de que le tomaran muestras de ADN para ver si alguno de los cadáveres coincidía.
Juan Enrique Romero Caudillo, de 34 años, era uno de los hombres que fue al rancho. Uno de sus familiares, que pidió no ser identificado por temor a represalias, dijeron a la AP que trabajaba como “chatarrero”, vendiendo desperdicios metálicos.
“Dijo que había conseguido una chamba para dar mantenimiento a un rancho”, comentó uno de los familiares, quien no cree que su pariente fuera miembro de un grupo criminal. Además, dijo que luego de haber visto parte del cuerpo en la morgue y las fotografías que han circulado en medios y redes sociales piensa que “fue una masacre”.
“La lógica lo dice: en un enfrentamiento se mueren de aquí y de allá”, añadió y describió que su familiar tenía un disparo por arriba de la cabeza y tenía marcas de golpes en el rostro.
La causa de muerte de Romero fue “destrucción de masa encefálica debido a la penetración de proyectil de arma de fuego”, según el certificado de defunción que vio la AP.
Mario Alberto Valencia Vázquez, de 22 años, trabajaba en una mueblería, dijeron dos familiares.
“Le ofrecieron trabajo en el rancho y se vino”, dijo uno de los familiares quien refirió que tras ver el cuerpo notaron que los dientes parecían flojos “como si lo hubieran golpeado con algo” y que también tenía golpes en el cuerpo. Aseguró que él no tenía los dientes así.
Una mujer dijo que su esposo “está destrozado de la cara” y que no tenía un ojo. Cree que todo fue por golpes que le dieron. Sólo comentó que él tenía 27 años, pero no lo identificó.
Las autoridades comenzaron el sábado a entregar los cuerpos de los fallecidos a los familiares que llegaron a la morgue con sus documentos de identidad tanto de ellos como de las víctimas.
Las fotografías tomadas en el sitio del supuesto enfrentamiento mostraban los cadáveres de hombres sin camisa y algunos sin zapatos que estaban esparcidos en los terrenos del Rancho del Sol, en la municipalidad de Ecuandureo y cercana a los límites con Jalisco.
Algunos de los cadáveres yacían tirados al lado de fusiles semiautomáticos y otros en el campo, cerca de equipo agrícola y en un patio manchado de sangre en el que había ropa, colchones y bolsas para dormir, todo tirado en desorden.
En un video obtenido por la AP se escuchan los disparos dirigidos contra policías federales.
mn