La ley secundaria en materia anticorrupción que deberá analizar la LXIII Legislatura federal debe privilegiar los mecanismos preventivos, los contenidos éticos y los valores para encaminar de mejor manera el servicio público.

 

Alejandro Romero Gudiño, titular de la Unidad de Evaluación y Control (UEC) de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), confió en que con ese mecanismo se reducirá el número de anomalías y resultados negativos que se han presentado en los últimos informes de las cuentas públicas.

 

En una conferencia magistral que ofreció en el Palacio Legislativo de San Lázaro sobre la ética en el servicio público, subrayó que con el fortalecimiento de la fiscalización superior la ASF estará en condiciones de revisar en tiempo real, así como de verificar cuentas pasadas, lo que conllevará un gran reto para el organismo fiscalizador.

 

Recordó que con ese sistema anticorrupción la ASF se rediseñará y la Unidad de Evaluación y Control será actualizada, “sin dejar de auxiliar a la Cámara de Diputados en sus funciones para evaluar el desempeño de la Auditoría como lo mandata la Constitución”.

 

Durante la conferencia organizada por la UEC y la Universidad Anáhuac Romero Gudiño puntualizó que la ASF tiene funciones de control interno y una unidad de apoyo técnico.

 

Sin embargo, con la modificación constitucional y la ley secundaria, ese organismo estará muy presente pues los resultados de la fiscalización ya no se presentarán en forma anual sino periódicamente.

 

“En los hechos habrá un informe cada cuatro meses y la UEC estará en las mejores condiciones de seguir apoyando técnicamente y analizar ese informe para las comisiones de Vigilancia y la de Presupuesto”, abundó.

 

En su oportunidad el académico e investigador de la Universidad Anáhuac, Abraham Nosnik Ostrowiak, quien impartió la conferencia “La ética del servicio público ante la reforma en materia anticorrupción”, planteó que la reforma constitucional en la materia “ayudará a no ser complacientes con nosotros mismos”.

 

También hizo votos por generar instituciones que sean herramientas eficientes a favor de la sociedad y que las autoridades “sean fuertes y no se dejen comprar o corromper”.

 

El investigador expuso que hay diferentes niveles de corrupción, “siendo el más peligroso el de la actitud de cada persona, es decir el de la complacencia o la inmediatez”.

 

Nosnik Ostrowiak mencionó que el poder es lo que hace que una persona corrompa sus actitudes; sin embargo, dijo, “creo que sí es posible llegar a un México ético: lo anhelamos todos y nos lo merecemos. Lo que pasa es que debemos ser mucho más cuidadosos y cuidar absolutamente el impacto que generamos con nuestro avance”.

 

Finalmente, expresó que todas las reglas, leyes, procedimientos y controles internos ayudan a la autorregulación y a balancear para evitar extremos.  DM