Las principales empresas productoras de azúcar líquido del país (Sucroliq y Metco) solicitaron a la Unidad de Prácticas Comerciales Internacionales (UPCI), dependiente de la Secretaría de Economía, inicie investigación por “dumping” al jarabe de maíz de alta fructosa que México importa de Estados Unidos.
Cualquiera podría pensar que la susodicha solicitud es en respuesta a la demanda por “dumping” y subsidios a las exportaciones de azúcar mexicana a Estados Unidos, que empresas norteamericanas presentaron en 2014. ¡Y tienen razón!
La demanda de nuestros vecinos dio lugar a un “Acuerdo de Suspensión” entre los gobiernos de ambos países, que impuso ciertas condiciones medio desventajosas a la venta de dulce de caña al mercado norteamericano. Lo paradójico del asunto es que el gobierno mexicano nunca quiso poner sobre la mesa las negociaciones de jarabe de maíz, cuando los expertos en el tema coinciden en afirmar que precisamente las importaciones de alta fructosa han provocado un desequilibrio comercial. Veamos:
En México se producen aproximadamente seis millones de toneladas de azúcar y se consumen 4.2 millones, por lo que el excedente es de 1.8 millones que deberían exportarse anualmente al mercado norteamericano bajo el Tratado de Libre Comercio. Sin embargo, en el “Acuerdo de Suspensión” nuestros partners pusieron un tope de 1.3 millones de toneladas cada ciclo y fijaron el precio que les dio su regalada gana.
Respecto al jarabe de maíz, México importa 1.2 millones de toneladas, mientras que la producción nacional suma 500 mil, para hacer un total de 1.7 millones de toneladas. Todo lo que se produce aquí se elabora con maíz amarillo importado de Estados Unidos. Por lo tanto, el beneficio para el campo mexicano simplemente no existe; los principales afectados son los cañeros, que viven de la siembra de la caña de azúcar (los jodidos, claro, porque hay “ricachones” como el líder de la CNPR, Carlos Blackaller).
El precio de exportación del azúcar a Estados Unidos es 20% menor al del mercado nacional; cuando hay que exportar al mercado mundial los precios son 50% inferiores en comparación con el precio local. Más aún: En México existe una ley que fija el precio de la caña de azúcar de acuerdo con el precio de venta del azúcar. Entre mayores exportaciones de azúcar existan, menor será el precio del azúcar y por ende el de la caña. Para incrementar el valor de la caña sin necesidad de instrumentos financieros o apoyos económicos del gobierno federal, es necesario detener el ingreso del jarabe de maíz que no cumpla con las reglas de comercio internacional, sugieren las dos compañías mexicanas quejosas.
Las principales empresas consumidoras de alta fructosa en el país son las productoras de refrescos y bebidas; debido a que es 20% más barato que el azúcar en México, estas empresas buscarán la sustitución total de azúcar por JMAF. Ante esta situación México se encuentra en el riesgo de perder adicionalmente un millón de toneladas de azúcar de las que se consumen actualmente, creando un excedente de 2.8 millones de toneladas y pérdidas estimadas en más de tres mil 500 millones, apuntan los demandantes.
¡Pruebas del “dumping” les pidió la UPCI a los productores mexicanos de azúcar líquido! Y les dio de plazo hasta el 8 de junio para presentarlas. A ver si no las mandan al archivo muerto.
México puede y debe imponer recíprocamente cuotas compensatorias al jarabe de maíz, para evitar que siga dañando fuertemente a la economía nacional, insisten los demandantes.
AGENDA PREVIA
Durante una reunión con los integrantes de la American Chamber Mexico, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, se comprometió a establecer un canal de comunicación directo con este organismo, a fin de intercambiar propuestas y coordinar esfuerzos en cinco temas centrales: política fiscal; comercio exterior; energía; propiedad intelectual y servicios financieros.
El presidente de la American Chamber Mexico, José María Zas, dijo que como tienen confianza en el mercado mexicano, seguirán invirtiendo.
¡Que así sea!