El rancho Neverland, propiedad en el sur de Californiam, Estados Unidos donde Michael Jackson construyó su hogar soñado, salió a la venta por 100 millones de dólares seis años después del fallecimiento del artista, publicó hoy el diario The Wall Street Journal.
La noticia llega casi un año después de que Forbes adelantara el interés de la empresa de inversiones Colony Capital, dueña de la finca, de buscar comprador para ese complejo de 1.300 hectáreas donde el “rey del pop” llegó a tener su propio zoo y parque de atracciones.
Esas estructuras fueron desmanteladas pero Neverland, que ha recuperado su nombre de antaño (“Sycamore Valley Ranch”), aún conserva una llama y más de una veintena de edificaciones incluida la vivienda principal con seis dormitorios, dos casas de invitados, piscina, cancha de baloncesto, pista de tenis y un cine con capacidad para 50 personas.
El terreno cuenta con dos lagunas y una línea de ferrocarril interna con su propia estación.
La operación de venta está siendo gestionada por las agencias inmobiliarias Sotheby’s International Realty y Hilton & Hyland, que han asegurado ser muy selectivos a la hora de atender a posibles compradores para evitar en todo lo posible los intentos de fanáticos del artista por acceder al lugar haciéndose pasar por clientes.
“No vamos a estar haciendo recorridos turísticos”, comentó Suzanne Perkins de Sotheby.
Michael Jackson adquirió la propiedad en 1988 de manos del magnate de campos de golf William Bone por 17.5 millones de dólares, según unas fuentes, y hasta 30 millones, según otras, y dio rienda suelta a sus deseos más peregrinos.
Jackson rebautizó el lugar Neverland, el “país de nunca jamás” descrito por el escocés J.M. Barrie en sus novelas sobre unos niños traviesos que nunca crecían cuyo líder era Peter Pan, un personaje heroico que el propio “rey del pop” pretendió emular.
Existen pocos reportajes sobre Neverland y los que hay son parciales.
Las imágenes de su interior escasean, y en su mayoría son aéreas, pero los testimonios acumulados a lo largo de los años permiten hacerse una idea del rancho en su momento de apogeo.
Enclavado en el valle vitivinícola de Santa Ynez, misma zona donde se rodó la película “Sideways” y a dos horas y media de Los Ángeles en automóvil, el rancho descansa entre colinas y carreteras secundarias.
Traspasada su entrada principal, el visitante tiene aún que recorrer un kilómetro y medio antes de descubrir lo que el rancho esconde en su interior.
Para su divertimento, y el de sus visitantes, el “rey del pop” hizo instalar desde una noria a un tiovivo, un salón con juegos de arcade, un escenario para conciertos al aire libre y un cine, incluido su propio dispensador de dulces.
Los cuidados jardines estaban coronados por un reloj floral a los pies de la casa principal de estilo victoriano que el artista heredó del anterior propietario, Bone.
El tren o los coches de golf eran el medio de transporte utilizado por quienes transitaban por el complejo, incluido Jackson, quien llegó a tener en su zoo desde leones, monos y alpacas, hasta elefantes, uno de los cuales era regalo de su amiga la actriz Elizabeth Taylor.
En 2003 y tras décadas de rumores y acusaciones de abusos sexuales a menores ocurridos en Neverland, las autoridades emitieron una orden de detención contra Jackson por pederastia.
El artista, que terminó siendo exculpado de los cargos en un juicio celebrado en 2005, declaró que nunca regresaría a Neverland porque su paraíso había sido violado por aquel proceso judicial.
Jackson abandonó físicamente el valle de Santa Ynez, pero siguió manteniendo la propiedad.
En 2008, sus desmesurados gastos le llevaron a tener que pedir ayuda a Colony Capital para que se hiciera cargo de una deuda de 23 millones de dólares.
Esa empresa pasó a tener la titularidad del rancho y su costoso mantenimiento.
Jackson falleció en junio de 2009 a los 50 años y, aunque se especuló con la posibilidad de enterrarlo en Neverland, a modo de santuario como lo es Graceland para Elvis Presley, el artista encontró finalmente sepultura en Los Ángeles.