Más de 10,000 milicianos del grupo Estado Islámico han fallecido por los ataques aéreos comandados por Estados Unidos en Irak y Siria en los últimos nueve meses, informó el miércoles un funcionario estadounidense, quien ofreció el primer saldo de bajas en una campaña que aún no muestra avances.
La cifra del subsecretario de estado, Tony Blinken, se dio a conocer luego de que una conferencia en París sobre cómo detener a los extremistas, terminara sin una nueva estrategia para frenar su campaña. También se da meses después de que el Pentágono rechazara esos números como “una cifra que simplemente no es relevante” en la lucha ante el grupo Estado Islámico.
En tanto, el grupo Estado Islámico lanzó una poderosa ofensiva contra la ciudad de Hassakeh, de mayoría curda, situada en una provincia homónima al nordeste de Siria, según activistas y medios estatales sirios.
Blinken dijo a la estación de radio France Inter que los ataques aéreos han sido efectivos.
“Hemos visto enormes pérdidas de Daesh”, dijo Blinken, quien utilizó el acrónimo árabe del grupo. “Más de 10.000 desde el inicio de la operación. Eso causará un efecto”.
En septiembre pasado, la CIA dijo que el grupo Estado Islámico contaba con cerca de 31,500 soldados, lo que significa que la cifra de Blinken representa una tercera parte de sus fuerzas. Pese a ello, los extremistas siguen atrayendo más reclutas alrededor del mundo para combatir a nombre del grupo y expandir su auto denominado califato en Siria e Irak.
No está claro el por qué Blinken reveló la cifra, debido a que desde la Guerra de Vietnam el ejército estadounidense ha evitado identificar tales números como indicadores de éxito. El almirante John Kirby, portavoz del Pentágono, rechazó hablar de números en enero pasado, cuando le cuestionó un reportero.
“Mientras haya menos de ellos, sin duda es mejor, pero el objetivo es degradar y destruir sus capacidades“, comentó Kirby en ese momento. Añadió: “Simplemente no es una cifra relevante”.
En tanto, el miércoles el grupo Estado Islámico atacó Hassakeh en un aparente intento por revertir algunos de los recientes avances de los combatientes curdos en la provincia, quienes han tomado decenas de pueblos y aldeas con la ayuda de los ataques aéreos liderados por Estados Unidos y se acercan a Tel Abyad, uno de los bastiones del Estado Islámico, cerca de la frontera con Turquía.
Los extremistas lanzaron su ofensiva sobre Hassakeh, que está dividida, con una zona controlada por fuerzas del gobierno y otra por defensores curdos.
Los extremistas de Estado Islámico luchaban por tomar una prisión juvenil en construcción en el extremo sur de Hassakeh, y hasta el momento habían atacado con cinco coches bombas conducidos por suicidas, indicó la televisión estatal.