A una semana de la jornada electoral, el PRI se perfila como la primera minoría en la preferencia electoral nacional, ante un PAN decaído, con su peor votación de los últimos años y una izquierda dividida, con la distribución de sus preferencias entre el PRD y el naciente partido Morena.
Un ejercicio ciudadano de la empresa Sigmados, el cual puede consultarse en su página electrónica, señala que como es usual en las elecciones intermedias se pronostica una baja participación en las urnas, en torno al 46% del padrón electoral, debido a que la mayor parte de los electores refieren apatía y desinterés por la contienda, a excepción de las nueve entidades donde se elige gobernador.
De acuerdo con los resultados de esta encuesta, esta elección marcaría el fin del tripartidismo que ha distinguido la contienda electoral mexicana de los últimos años, pues junto con la distribución de votos al interior del PRD y el surgimiento de Morena de la mano de AMLO, se observa una constante en la participación del PVEM, lo que puede abrir una próxima lucha por el cuarto o incluso el tercer lugar nacional.
De los llamados partidos pequeños, sólo se ve sobrevivir al Partido Nueva Alianza con relativa claridad y, en forma muy apretada, a Movimiento Ciudadano, que se debatiría entre la permanencia y su desaparición.
El resto de los pequeños partidos de reciente aparición: PES, PH o incluso alguno de los que abrazaron el proyecto lopezobradorista de la elección presidencial (PT), se perfilan a dejar su espacio dentro del sistema de partidos políticos en México.
A nivel nacional, prevalece el desencanto político y de gobierno mal valorado y la persistencia de problemáticas graves en el país, en torno a la inseguridad, el desempleo y la corrupción.
Sin embargo, de cara a los números y las posibles alianzas, el actual gobierno pudiera mantener el control político del Congreso y su margen de maniobra, al adicionarle a su primera minoría los votos del PVEM y Nueva Alianza.
Finalmente, en términos de confianza hacia la autoridad electoral, se destaca el dato en el que 1 de cada 3 electores manifiesta no confiar en el desempeño del INE.
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