La calificadora internacional Moody’s mantendrá sin cambio este año y el próximo a la calificación soberana de México, actualmente en una escala de A3 con perspectiva estable.
El analista soberano para México de Moody’s, Mauro Leos, precisó que hay riesgos moderados para la nota soberana de México, pero el país también vive un periodo de ajuste en el cual hay que esperar los planteamientos hechos por las autoridades empiecen a cumplirse.
En reunión con medios de comunicación, dijo que se vive un momento más complicado del esperado motivado por cuestiones externas, como la caída del precio del petróleo y la inminente alza de la tasa de interés en Estados Unidos
En opinión de la calificadora internacional de riesgo crediticio, los retos que se enfrentan son “manejables, pero al mismo tiempo lo que falta ahora es la ejecución de los planteamientos que se han hecho”.
“Pensamos difícil que en el corto plazo, este año y el que viene, haya mejoras en la calificación, un aumento en la calificación”, añadió Leos, al precisar que tampoco realizará cambios en la perspectiva de la nota soberana.
Según estimaciones de Moody’s, el impacto de las reformas estructurales, en particular la energética, será significativo en el mediano plazo, es decir, hacia finales del sexenio, cuando tendrían que verse beneficios tangibles en inversión y elevar el crecimiento a tasas entre 3.0 y 4.0%.
“Si no hay una mejorar palpable de crecimiento sostenido en el mediano plazo, y estamos hablando de la segunda parte del sexenio, eso nos podría llevar a reconsiderar lo que habíamos pensado del impacto de las reformas”, dijo al aclarar que eso no implicaría un cambio en la calificación soberana.
El analista de Moody’s comentó que está implícito en la actual calificación de México que las autoridades tienen la capacidad y habilidad de responder a esos choques externos, sin que haya desvíos serios, en particular en lo que corresponde a materia fiscal.
Estimó que “ya paso lo peor” para los riesgos de corto plazo, como la caída del precio del petróleo, que proyectó regresará a un nivel entre 60 y 70 dólares por barril, así como la debilidad registrada por la economía de Estados Unidos en el primer trimestre, pues hacia adelante “se va a reencaminar”.
El principal riesgo, consideró, es la volatilidad que generaría en el ámbito financiero global la decisión que tome la Reserva Federal de Estados Unidos de elevar sus tasas, pues provocaría un mayor flujo de capitales, aunque difícilmente podría motivar una reducción en la calificación de México.
Leos destacó que en el contexto global, el gobierno mexicano tiene una alta credibilidad para Moody’s, pues por lo general cumple sus planteamientos, por lo que confió en que lograrán una trayectoria descendente del déficit, como se ha comprometido.
“Si vemos que no se cumple, que no hay compromiso con la trayectoria descendente del déficit, eso nos llevaría a revisar nuestra visión u opinión de México y posiblemente la calificación. No que eso cause una crisis, pero no sería consistente con la calificación que tenemos”, agregó.
Sobre la decisión de aplazar indefinidamente la evaluación docente, medida que forma parte de la reforma educativa, afirmó que fue una sorpresa, pues no está clara qué estuvo detrás de ella, ni hacia donde puede llevar esa medida.
No obstante, subrayó, en la calificación soberana de México está descartado que exista la probabilidad de que una decisión de este tipo pueda darse o afectar a otras reformas de fondo ya aprobadas, como la energética o la de telecomunicaciones.
Por último, señaló que algunos elementos de índole institucional, como la corrupción o la gobernabilidad, empiezan a tener un mayor peso en la calificación de México, y limitarían que ésta continúe mejorando, a pesar de que se cumpla la meta de un tener una trayectoria descendente del déficit.