El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu fue homenajeado ayer por la norche en Los Ángeles por el Instituto Sundance con un premio que le reconoce como un referente del cine independiente en una gala donde reivindicó la filmografía con mensaje frente a la que solo entretiene.
El ganador de tres Óscar por “Birdman” acudió a la ceremonia acompañado por su esposa, María Eladia Hagerman, en un descanso del proceso de postproducción de su próximo largometraje, “The Revenant”, que estrenará el 25 de diciembre en Estados Unidos.
“Nunca escribo (discursos) pero en esta ocasión tuve que hacerlo porque no iba a tener cabeza, que ya tiene el tamaño de un fideo. Estoy editando y estoy ahorita en otro mundo”, aseguró el director de “Babel” a Efe minutos antes del comienzo del evento.
La realizadora Ava DuVernay (“Selma”) fue la encargada de entregarle el galardón Vanguard Leadership Award que Iñárritu dijo no merecer y recibió con “humildad”.
“Tengo una difícil relación con los premios”, comentó el artista, que explicó que eso podría deberse a algún trauma, como cuando las autoridades migratorias en EU le negaron su tarjeta verde (“green card” o permiso de residencia y trabajo).
“Aún no la tengo. Debo decírselo a Sean Penn”, apuntó el mexicano en respuesta al actor que se encargó de anunciar este año que había ganado el Óscar de mejor película por “Birdman”.
“¿Quién le dio la tarjeta verde a este hijo de perra?”, bromeó Penn ante millones de televidentes, un comentario en clave amistosa que no ofendió al director pero que sí fue considerado una inapropiada salida de tono por colectivos hispanos en EU.
Iñárritu aprovechó la ocasión para criticar el funcionamiento mercantilista de la industria de Hollywood que, a su juicio, hace un flaco favor al séptimo arte y sus palabras fueron ovacionadas por los varios centenares de invitados que le despidieron puestos en pie.
“Creo que este instituto se creó para apoyar exactamente trabajos como el de Alejandro”, indicó a Efe Pat Mitchell, presidenta del consejo de esta organización fundada en 1981 por Robert Redford y que cada año celebra en Utah el prestigioso festival de Sundance, el principal escaparate mundial de cine independiente.
“Es un gran testimonio que voces como la suya, con nuevas e importantes historias y perspectivas frescas puedan lograr que se produzcan sus filmes, sean exitosos en taquilla y ganen el Óscar, aunque esa no sea la misión de Sundance”, añadió Mitchell.
Para el mexicano, el hecho de que le señalen como vanguardista le resulta “un concepto peligroso” porque hoy en día se puede pasar “a estar fuera de moda en un segundo”.
Entre los asistentes al evento se encontraba la actriz Sally Field (“Forrest Gump”) y también el realizador Alfonso Gómez-Rejón, de raíces mexicanas y nacido en Laredo (Texas), y quien fue mano derecha de Iñárritu en títulos como “21 Grams” y “Babel”.
“Alejandro tiene una voz de artista que no la puedes confundir con otro director”, explicó Gómez-Rejón que considera a Iñárritu su “mentor y amigo” y que este año fue el gran triunfador en Sundance con “Me and Earl and the Dying Girl”.
“Le debo muchísimo”, confesó a Efe el cineasta hispano al que su trabajo en “Babel”, según dijo, le cambió la vida.
“Es un genio”, concluyó Gómez-Rejón.
La gala del Instituto Sundance honró también a la directora Marielle Heller cuya película “The Diary of a Teenage Girl” fue uno de los hallazgos de la última edición del Festival Internacional del Cine de Sundance y ha sido galardonado en los certámenes de Berlín y Palm Springs.