“Ningún amante del deporte quiere ver un partido desde un asiento cuya construcción costó la vida de un trabajador”, señala un artículo firmado por Minky Worden, directora de Iniciativas Globales de Human Rights Watch’s.

 

Esto luego de la dimisión del presidente de la  FIFA, Joseph Blatter tras los escándalos de corrupción que se destaparon en los últimos días.

 

La ONG ha documentado las condiciones en las que laboran los trabajadores, la mayoría de ellos inmigrantes en Qatar, país que albergará el Mundial de 2022.

 

Dichos trabajadores no reciben un sueldo correspondiente a la labor que realizan, además trabajan bajo condiciones difíciles y no están protegidos en caso de accidentes.

 

El artículo de Worden señala también las leyes islámicas que prohíben a las mujeres asistir a un partido de futbol.

 

“Quienquiera que retome las riendas de la FIFA debería actuar con rapidez para acabar con los abusos contra los trabajadores migrantes que levantan la infraestructura para la Copa Mundial de 2022 en Qatar, donde están sujetos a un opresivo sistema de patrocinio conocido como kafala”, señala Worden.