MADRID. Angelina Jolie pasó de joven rebelde a madre de familia numerosa, feliz y comprometida con los problemas del mundo, ha demostrado coraje ante la adversidad de la enfermedad y como actriz ha demostrado ser una intérprete versátil que siempre ha demostrado que su puesto como estrella de Hollywood no se lo ha regalado nadie.
La protagonista de Tom Raider cumplió esta semana 40. Nació en Los Ángeles (California) con unos padres que genéticamente ya le cedieron la pasión por las tablas: el actor John Voight y de la actriz Marcheline Bertrand, de quien Angelina aseguró hace un tiempo ante los medios de comunicación: “Mi madre ha sido la persona que me más me ha inspirado en la vida, sobre todo en la faceta de ayuda a los demás”. Pero es que, además, es ahijada de la actriz francesa Jacqueline Bisset y su padrino fue el intérprete austríaco Maximilian Schell.
Con esos mimbres, no es extraño que comenzara a estudiar teatro a los 11 años en el prestigioso Lee Strasberg Theatre Institute, donde también estuvieron estudiando Harvey Keitel, Robert De Niro , Al Pacino o Sally Field, pero también que iniciara sus pasos como modelo a los 15, graduándose en el Beverly Hills High School a los 16 años.
Globo de Oro
Desde 1997, su camino se encarriló definitivamente hacia la actuación en el cine, tras el paso exitoso por televisión donde consiguió el Globo de Oro a la Mejor Actriz de reparto en la categoría de Miniserie o Telefilme, por su papel de Cornelia en George Wallace, dirigida por John Frankenheimer ese año; otro Globo de Oro como Mejor Actriz, así como el Premio del Sindicato de Actores por Gia, en 1998, donde daba vida a la top model de los años 70 del pasado siglo, Gia Carangi.
En la gran pantalla títulos como Playing by heart (1998) o la premiada Girl, interrupted (1999), con la que obtuvo el Óscar a la Mejor Actriz de reparto, así como el Globo de Oro y el premio del Sindicato de Actores, la catapultaron a las nubes de la gloria de Hollywood.
Su belleza y sensualidad le ayudaron a convertirse en la mujer más sexy del mundo y en el programa de la televisión británica The 100 Greatest Sex Symbols de febrero de 2007, incluso la revista Entertainment Weekly la calificó como “el mayor símbolo sexual de todos los tiempos”, además de que durante varios años encabezó la lista de las actrices más cotizadas de la industria.
Entre los títulos de su filmografía están Original sin (2001), Life or something like it (2002), Alejandro Magno (2004) o la especial Sr. Sra. Smith (2005) donde surgió el amor con Brad Pitt, tras dos matrimonios fallidos -con el británico Johnny Lee Miller y el actor estadunidense Billy Bob Thornton-, se convirtieron en grandes éxitos para la intérprete.
Juntos y felices
La pareja se casó el pasado año, aunque vivían juntos desde 2005, ambos conforman la pareja más glamurosa de Hollywood y a la vez que Angelina Jolie se ha convertido en un ejemplo de lo que significa predicar con el ejemplo en las acciones sociales.
Curiosamente en el año 2013, en unas declaraciones a la revista Elle, decía de una forma muy sincera:”Nunca pensé tener hijos ni estar enamorada, nunca creí que encontraría a la persona correcta. Al venir de un hogar roto, aceptas que ciertas cosas se sienten como un cuento de hadas y, simplemente, no las buscas”.
A partir de su relación con Pitt, su vida personal, un tanto irregular y mezclada con personajes de uno y otro sexo, como su novia Jenny Shimizu, se estabilizó y surgió la denominación “Brangelina”, que hacía gala de la intensa y entramada relación personal a todos los niveles que concurre entre los dos miembros de la pareja.
Una familia
El dúo tiene seis vástagos: Shiloh Nouvel, que nació en Namibia en 2006; y los gemelos Vivienne Marcheline y Knox Leon, que vieron la luz en Francia en 2008. Estos tres son hijos biológicos de la pareja que tienen otros tres adoptados: Maddox Chivan, que nació en Camboya; Zahara Marley, una niña etíope que se convirtió en su hija en 2005; y Pax Thien, también nacido en ese año y natural de Vietnam.
No es extraño que Angelina tenga, en este marco personal, la doble nacionalidad estadounidense y camboyana, esta última concedida por el rey Norodom Sihamoní de ese país, quien emitió un decreto nombrándola “ciudadana del país por sus esfuerzos para preservar el alma humanitaria”.
Mujer comprometida
Porque Angelina es una reconocida actriz, una mujer calificada por los medios especializados como de las más bellas del mundo y también una activa defensora de las causas humanitarias y solidarias, que le han hecho acudir a visitar a los más desfavorecidos en numerosas ocasiones a países como Tanzania, Camboya, Pakistán o Sierra Leona.
Por su continua labor social, en agosto de 2001 fue nombrada embajadora del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y, en 2003, fue reconocida con el Premio “Ciudadana del Mundo” de la Asociación de Corresponsales de la ONU.
El compromiso de la pareja llega lejos ya que el matrimonio Pitt donó en 2007 dos millones de dólares para ayudar a las víctimas del conflicto en la región de Darfur, una zona extremadamente pobre al oeste de Sudán.
En 2013, la actriz se sometió a una doble mastectomía, de forma preventiva, ante el alto riesgo que dio un test genético de desarrollar cáncer de mama. Además, la extirparon los ovarios en marzo de 2015 para evitar futuros males, poniendo de manifiesto su carácter, valiente frente a la adversidad.
Desde 1997 su camino se encarriló definitivamente hacia la actuación en el cine, tras el paso exitoso por televisión donde consiguió el Globo de Oro a la Mejor Actriz de reparto en la categoría de Miniserie o Telefilme, por su papel de Cornelia en George Wallace, dirigida por John Frankenheimer ese año; otro Globo de Oro como Mejor Actriz, así como el Premio del Sindicato de Actores por “Gia”, en 1998, donde daba vida a la top model de los años 70 del pasado siglo, Gia Carangi.
Ahora, aparentemente muy delgada pero feliz, al cumplir 40 años y tras haberse operado para que el factor genético no le juegue una mala pasada, Jolie sigue demostrando que está dispuesta a dar todo de sí misma cuando de lo que se trata es de ayudar al prójimo, sea de donde sea y tenga el color de piel que tenga.
Por algo le concedieron, en 2013, el Premio Jean Hersholt, conocido como el Óscar de la solidaridad. No es extraño que hace unos meses declarara a la prensa: “Al final del día siento que la contribución más significativa que puedo hacer es salvar una vida o cambiar una ley que afectará a la gente, a los niños, a su país y a sus derechos”.