LONDRES. Novak Djokovic y Roger Federer no se soportan, pero deben guardar las apariencias porque en el mundo del tenis ahora está mal visto las rivalidades y los enfrentamientos personales al grado que las canchas tienen micrófonos para grabar y sancionar en su caso las malas palabras, reveló Boris Becker, ex estrella del tenis en los 90.

 

Becker, quien además entrena a Djokovic, afirmó en su última autobiografía que los dos tenistas tienen un pique que es un secreto a voces en el circuito, pero la amenaza que existe de sanciones impide incluso las declaraciones negativas sobre compañeros de profesión.

 

“Antes se podía decir lo que se pensaba sin tapujos”, lamentablemente, escribió Becker, ya no es así.

 

¿Y por qué no se llevan? Federer es todo corrección y explica que básicamente se debe a que depende mucho de los contratos comerciales que tiene. Por su imagen, le cae bien a todo el mundo, “pero no es tan agradable como parece”.

 

“Ganaría menos dinero si dejara entrever sus verdaderas emociones”, afirmó el tres veces ganador de Wibledon.

 

Djokovic por su parte, es muy bromista. Es regular que imite el juego de rivales con los que se lleva bien durante los juegos. Su imagen es mucho menor formal y desenfadada que la de su rival en las canchas y, ahora sabemos, en la vida real. (Con información de EFE)