Su aristocrática, elegante y amenazadora presencia quedará grabada para siempre en la historia del Séptimo Arte. Sir Christopher Lee, el legendario actor británico que se hizo famoso para las nuevas generaciones por sus personajes de Saruman, en las trilogías de El Señor de los Anillos y El Hobbit; y del Conde Dooku/Darth Tyranus en las precuelas de Star Wars, murió el pasado domingo 7 de junio a los 93 años, aunque la noticia de su fallecimiento apenas fue dada a conocer ayer por su familia.

 

Lee, quien tenía una figura imponente gracias a su 1.96 metros de estatura y voz grave, deja tras de sí un legado que pocos podrán igualar, pues más allá de los mencionados personajes, se convirtió en leyenda por dar vida a tres de los personajes más famosos del cine de terror: El Conde Drácula, la criatura de Frankenstein y la Momia.

 

Tan importante era Lee para el mundo del cine que, tras la noticia de su muerte, varios famosos del calibre de Tim Burton, Martin Scorsese, Elijah Wood, Stephen King y Bryan Adams han expresado sus condolencias a través de comunicados, cuentas de Twitter y otras redes sociales.

 

Burton, quien lo dirigió en cintas como Sleepy Hollow, Charlie y la Fábrica de Chocolates y Alicia en el País de las Maravillas, expresó:

 

“Christopher ha sido una gran inspiración para mí durante toda la vida. Era el último de su tipo, una verdadera leyenda, de quien tuve la fortuna de poder tenerlo como amigo. Su trabajo seguirá inspirándome así como a las generaciones futuras”.

 

Scorsese, quien lo dirigió en Hugo, lamentó no haber podido filmar otras cintas con su gran amigo:

 

“Christopher era mi amigo. Pienso en él todos los días y siempre lo haré. Ambos deseábamos poder tener la oportunidad de trabajar juntos en más proyectos, pero al menos tuve el honor de hacerlo en Hugo. Escuchar sus historias, en su gran voz de barítono, acerca de su tiempo en la guerra, sus películas con Hammer, era un deleite. Fue un gran actor, un maravilloso amigo, un profesional completo y realmente lo voy a extrañar”.

 

Incluso el primer ministro británico, David Cameron, utilizó su cuenta de Twitter para lamentar la partida de Lee, un “titán de la era dorada del cine y un distinguido veterano de la Segunda Guerra Mundial”.

 

Una carrera como pocas

 

Christopher Frank Carandini Lee nació el 27 de mayo de 1922 en Belgravia, un opulento barrio de Londres, hijo de una condesa italiana, Estelle Marie Carandini di Sarzano, y el teniente coronel Geoffrey Trollope Lee, perteneciente al 60 Regimiento de la Guardia Real Británica. Aunque sus padres se separaron cuando él era muy pequeño, siempre siguió sus deseos y se dedicó a la actuación, siendo su primer papel el de una figura controversial y oscura, como fueron prácticamente todos sus personajes: Rumpelstiltskin.

 

Fue soldado, voluntario que apoyó a Finlandia en la Guerra de Invierno que este país libró contra la Unión Soviética; en la Segunda Guerra Mundial, formó parte de la Real Fuerza Aérea británica, asignado a operaciones especiales y de inteligencia, y de hecho varias de sus misiones siguen siendo clasificadas como secretas.

 

Pero su fama como leyenda comenzó gracias a la compañía británica Hammer Films, reconocida por haber dado al mundo del cine las más famosas películas de terror de los años 50 y 60, comenzando con The Curse of Frankenstein (1957) y Horror of Dracula (1958), donde por primera vez interpretó al famoso personaje creado por Bram Stoker y con el que sería recordado toda la vida: el Conde Drácula, al cual interpretó en 10 ocasiones.

 

Ese fue el inicio de una época en la que se juntaron nombres como Boris Karloff, Peter Cushing y Lee, considerados maestros del género de terror.

 

Entre los logros de Lee están su trabajo con Steven Spielberg en 1941; fue uno de los grandes enemigos de James Bond en El Hombre del Revolver de Oro y su interpretación de Muhammad Ali Jinnah, fundador de Pakistán, en la película Jinnah. Su gran retorno al cine fue en 2002, con Las Dos Torres, segunda entrega de la saga de El Señor de los Anillos, en la que dio vida al mago Saruman. Ese mismo año apareció en otra franquicia legendaria, Star Wars, donde dio vida al Conde Dooku en Episodio II: El Ataque de los Clones.

 

En 2005, el diario USA Today lo nombró como el actor más taquillero y visto en la historia del cine. Le sobreviven su esposa, Gitte Kroencke y su hija Christina.