BRUSELAS. “Es el momento de coordinar entre bloques para tener más fuerza e incidir en las decisiones planetarias que debemos tomar”, enfatizó el presidente de Ecuador y pro tempore de la Celac, Rafael Correa, en una rueda de prensa al término de la cumbre de dos días que reunió en Bruselas a 61 países.

 

“Juntos podemos tener un impacto decisivo”, corroboró el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien también admitió que entre socios “no siempre hay consenso; a veces lo importante no es tener acuerdo sino entendernos uno al otro mejor”.

 

La Declaración de Bruselas, aprobada unánimemente en esta cumbre por los líderes, pide reforzar el diálogo político, especialmente en desafíos como el cambio climático, la agenda para el desarrollo o la lucha contra las drogas.

 

En la cumbre se abordaron asuntos de actualidad, como la apertura de Cuba o la situación en Venezuela, que fue el punto que más costó acordar a los líderes de una y otra región.

 

Sobre Venezuela, la declaración reitera el rechazo de las partes “a las medidas coercitivas de carácter unilateral con efecto extraterritorial, que son contrarias al derecho internacional”, sin hacer mención directa al decreto por el que EU consideró a ese país una amenaza para su seguridad, como pedían Caracas y otras naciones latinoamericanas.

 

Celebraron además la negociación del primer acuerdo bilateral entre Cuba y la UE e insistieron en que “pronto” termine el embargo de Estados Unidos hacia la isla.

 

Además, los líderes “toman nota de las discusiones a nivel internacional en los foros relevantes para construir un consenso sobre los procesos de reestructuración de la deuda soberana”, otro de los puntos que costó acordar.

 

Además, la UE y la Celac abogó por alcanzar en la cumbre sobre el cambio climático de París de diciembre un acuerdo “ambicioso” y legalmente vinculante que contemple las “diferentes circunstancias nacionales”.

 

Abordaron también un nuevo enfoque para su cooperación centrado en la transferencia de tecnología, la ciencia y la educación a través de programas como Erasmus+, que financiará la movilidad de seis mil estudiantes y profesores.

 

“La clave para el desarrollo, alcanzar el buen vivir, es sobre todo el talento humano, ciencia y tecnología”, indicó Correa sobre la transferencia de conocimiento que le ofrece la UE, un ámbito en el que los europeos se saben con ventaja frente a actores como China y Estados Unidos, de pujanza económica creciente en la región.

 

La UE aseguró además que contribuirá económicamente a un nuevo cable de fibra óptica entre ambas regiones.

 

Otro aspecto sobre el que giró la declaración de los líderes es la modernización de los lazos económicos entre las regiones: “Hay que lograr un crecimiento sostenible e inclusivo, modernizar nuestras estructuras productivas y crear empleos”, dijo Tusk.

 

Pidieron “facilitar e intensificar, según proceda, los acuerdos comerciales, la integración de las cadenas productivas y la transferencia de tecnología, y fomentar la participación de microempresas, pequeñas y medianas empresas”.

 

Además, expresaron su “firme compromiso” de ratificar y aplicar los acuerdos existentes de asociación y comerciales entre la UE y países y regiones de la Celac, mientras que el Mercosur acordó con la UE intercambiar sus primeras ofertas comerciales en el último trimestre del año y concluir su acuerdo de asociación cuanto antes.