Esta semana se conoció el dato de inflación al cierre de mayo. La cual registró una baja de 0.50%, en un mes caracterizado por el subsidio en la electricidad en el norte del país, pero también con ajustes en la parte agropecuaria, llámese huevo y jitomate principalmente. Este ajuste mensual representó el mayor desde el 2011, por lo que se ubicó a tasa anual de 2.88%, la más baja desde 1970 cuando el INEGI comenzó a recopilar este dato. De esta forma es muy interesante conocer que la inflación acumulada en 2015 es negativa en -0.25% cuando la estimación anual de acuerdo a la encuesta de Banco de México (Banxico) se ubica ligeramente abajo del 3.00% anual.

 

jitomates

 

Vendrá una prueba importante a partir de junio, normalmente mayo es el nivel más bajo de inflación en el año de acuerdo al ciclo de inflación anual. A pesar de que en junio y julio la inflación suele ser muy baja todavía, los niveles son superiores al mes de mayo. Pero a partir del mes de agosto, la inflación suele subir y por ello, esta inercia de baja en la inflación puede ser limitada.

 

Hasta ahora había un miedo de que la depreciación del peso mexicano frente al dólar, que al día de ayer registraba 4.82%, tendría efecto sobre la inflación. Sin embargo, ha sido compensado por la caída en las cotizaciones internacionales de algunas materias primas alimenticias y al ajuste en la tarifa de telefonía con la ya iniciada reforma de telecomunicaciones, misma que se dio entre enero y febrero pasado.

 

Los cambios estructurales del país que podrían beneficiar mayor crecimiento con inflación más limitada todavía están en proceso de maduración, por lo que para el resto del 2015 parece enviarnos la señal de que la inflación en México está muy cerca de un piso.

 

El dato para Banxico es muy positivo porque le da holgura de actuar con mayor prudencia, cuidando el riesgo de inflación y por otro lado buscando que la política monetaria dé beneficios al crecimiento económico. Ya sabemos que sólo reaccionará en caso de que la FED dé inicio al ciclo de alza en su tasa de interés.

 

Para los inversionistas, especialmente de deuda, el hecho de estar viendo la inflación baja, es una oportunidad de revisar en sus portafolios instrumentos en tasa real, ya que los ajustes recientes en sus precios podrían estar siendo ya limitados. Si calculamos la inflación estimada al cierre del 2015 y la comparamos con el dato de acumulación actual, observamos que ese diferencial de inflación en siete meses que quedan (junio a diciembre) dan espacio muy interesante a estos instrumentos. Quizá invertir en la parte corta – media de la curva, es decir hasta 3 años, puede representar una buena oportunidad ante el entorno global de tasas que viven presiones al alza en la parte nominal.

 

Así la inflación va bien. Se ubica dentro del objetivo de inflación de Banxico de 3% +/- 1% por lo que pensar en que modifique su objetivo a la baja podría llevar algún tiempo, hasta que las reformas estructurales verdaderamente generen un cambio consistente en la inflación.

 

Como información, la inflación promedio en los últimos 15 años ha sido de 4.08%. Si lo comparamos con el dato estimado al cierre de este año por debajo de 3.00% podría marcar el inicio de un cambio, pero que requiere de mayor tiempo.