MADRID. A punto de que se cumplan cuatro años del cierre de Bulli, el restaurante que lo consagró como el chef más reconocido del mundo, Ferran Adrià está de vuelta con un proyecto que advierte ser toda una innovación Heart.
“Es un cambio de paradigma en el mundo del ocio, la gastronomía y el arte. Yo conozco el mundo y no conozco nada igual”.
Heart abrirá el 30 de junio en Ibiza y es un proyecto que desarrolló junto a su hermano Albert y a Guy Laliberté, el creador del Cirque du Soleil.
Ferran Adrià asegura que “Heart es un sueño”. Explica que junto con Albert y Guy -a quien conoció en 2001 tras asistir a ver Alegría, les tomó doce años hacer realidad este proyecto.
Tras ese show, que según Adrià, le cambió la vida por su tratamiento del “concepto de la felicidad”, conoció a Laliberté y comenzaron a idear un proyecto juntos.
Cumplir sueños y proyectos
En su intento por hacer un proyecto juntos los hermanos Adrià y Laliberté tuvieron otras opciones antes de la que abrirá en dos semanas en Ibiza. “Para nosotros es un sueño cumplido”, explica el afamado chef.
“Llevábamos doce años intentando a hacer un proyecto, hubo dos o tres posibilidades, como un hotel en Nueva York, un hotel en Polinesia, que por una serie de motivos nunca se dieron”, añade Adrià.
Para su hermano, Albert Adrià, la puesta en marcha de Heart es también “la culminación de toda una carrera”, de 30 años, en su caso, y de 34 años en el de Ferran.
“Es un sueño hecho realidad, como él dice”, afirma Albert Adrià.
Ferran Adrià recuerda que tras cerrar el Bulli, su hermano Albert puso en marcha El Barri, en Barcelona, un restaurante “que ha cambiado la idea del pret-à-porter de la gastronomía de este país”.
“Es un concepto nuevo en el que Albert es el yin yin y yo el yang. Él está a la vanguardia y a la retaguardia. A la vanguardia, porque yo estoy retirado, estoy con la fundación, y mi proyecto es el Bulli Fundation. Y esto es la culminación del proyecto de Albert, donde nosotros estamos ahí para ayudarle, tanto yo como el resto del equipo, pero Albert está a la cabeza”, asegura el chef.
En evolución
Adrià refiere que el nuevo restaurante ibicenco es la evolución de El Barri. “Es emocionante, porque es muy difícil hacer cosas nuevas”, añade.
Albert detalla que el proyecto “está vivo en sus tres manifestaciones, artística, gastronómica y musical”.
“Esa es una sorpresa que nosotros aún desconocemos. Cuando los elementos se conjuguen, veremos a ver si surge la magia”, explica sobre la apertura del restaurante, en la que por fin se podrá ver la obra completa, con la combinación en directo del arte y la gastronomía.
“La gente debe entender que no es una cena espectáculo y que cada manifestación tiene su momento, como las pulsaciones, más intensas o menos intensas en lo que es la música, la gastronomía y el arte: cuando se cena, se cena, cuando hay la transición hacia club, el Cirque du Soleil gana en pulsaciones, y cuando acaba el club es la música, la que toma el relevo”, explica Albert Adrià sobre los tres ambientes del restaurante, que se repartirá entre una terraza, la sala principal (para la cena) y el club.
Lo importante era no hacer un restaurante
Sobre los inicios del proyecto, Ferran Adrià explica que desde un principio “lo importante era no hacer un restaurante”.
“Hemos participado en un restaurante que cambió el paradigma de la gastronomía. Entonces el reto era éste: cómo hacíamos gastronomía sin hacer un restaurante”, añade.
Según Ferran Adrià, la “libertad” que inspira la isla de Ibiza ha sido fundamental en la organización del proyecto.
Al respecto, Albert ha explicado que tras sopesar hasta “20 variantes” en la terraza, “lo más fácil era que la gente pagase un precio de entrada y que ello incluyera la comida”. “¿Qué más libertad puedes dar, no? Come lo que quieras y cuanto quieras”, explica.
En este sentido, Ferrán Adrià destaca que también les “importaba” que el proyecto fuera asequible para el público.
“La gente piensa esto es carísimo, pero la entrada aquí es un mínimo 80 euros, más la bebida. Esto es lo que cuesta un hotel de una estrella en Londres. Ibiza es Ibiza, la gente puede gastar lo que quiera, es decir, que no es un proyecto inalcanzable. Esto también nos importaba, ahora, si tú te quieres pedir quince botellas de champán, faltaría más”, añade.