En presencia de la periodista Carmen Aristegui, y de Javier Hernández Valencia, representante de la oficina del Alto Comisionado de la ONU, como invitados especiales, la Comisión de la Verdad, encabezada por el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, llevó a cabo una sesión pública en el teatro Macedonio Alcalá, para que la sociedad observe parte del trabajo que realizan.
El presidente de la Comisión, Alejandro Solalinde, señaló que a través de los testimonios de las víctimas, se busca generar un informe integral, para entregarlo a las autoridades, a la espera de que los responsables de las agresiones sean castigados.
Dijo, que su trabajo no debe quedar solo en un documento informativo, sino en la aplicación de la justicia, de la reparación del daño, pero también debe dejar un legado para que la sociedad continúe exigiendo justicia.
Aristegui, aseguró que este ejercicio es inédito, además de importante, por eso llamó a las víctimas y a la sociedad en general a no olvidar este conflicto, para exigir justicia.
Indicó, que se debe lograr tener procesos de aplicación de las leyes, a no olvidar lo que pasó, para evitar que se repita esta situación.
Javier Hernández señaló, que el trabajo de una comisión de este tipo es lento, pero va enfocado a lograr que las autoridades judiciales apliquen las leyes.
Mencionó, que tuvo la experiencia de la Comisión de la Verdad en El Salvador, por lo que sabe que es necesaria la participación de las víctimas y la sociedad para que no se detenga esta labor.
Algunas personas de forma anónima, narraron como fueron afectados durante este conflicto, desde un vendedor de gelatinas, pasando por una mujer policía que resultó seriamente lesionada, así como un empresario mezcalero que perdió su inversión.
También, Trinidad San Pablo Cervantes, pidió justicia por el asesinato de su hermano, quien fue víctima de las llamadas “caravanas de la muerte”, a quién le dispararon por la espalda.
La sesión se vio interrumpida en varias ocasiones por las consignas que gritaron los asistentes en contra del gobierno, por la exigencia de justicia.
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