Mientras que en la Ciudad de México circulaban rumores de que el presidente Enrique Peña ahora sí haría cambios en su gabinete, entre los que estaría la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, en Roma –en la sede de la FAO– el primer mandatario destacaba los avances en el combate a la pobreza en México, especialmente el programa Prospera y la Cruzada Nacional contra el Hambre, a cargo de la señora Chayo.
Dijo el presidente Peña Nieto, en tan importante foro, que con el Programa de Inclusión Social Prospera se atiende a más de 6.1 millones de familias en situación de pobreza extrema para que, una vez superada esta condición, se integren a la vida productiva de nuestro país. Además, la proporción de niños menores de cinco años que padecía hambre, también ha disminuido, subrayó.
Recordó que esos logros se han visto reforzados con las políticas de desarrollo social que su administración ha aplicado, particularmente la Cruzada Nacional contra el Hambre, iniciativa que se lanzó a principios de 2013, reconociendo algo que pocos o casi nadie se había atrevido a aceptar: que en México había más de siete millones de personas que padecían hambre.
Y después les explicó: La Cruzada es una estrategia transversal de inclusión y bienestar social que opera en todo el país. A dos años y medio de su puesta en marcha, 4.3 millones de personas reciben el apoyo de al menos uno de los programas de la Cruzada Nacional contra el Hambre; cuatro mil 300 comedores comunitarios atienden cada día a más de 430 mil beneficiarios, niños, mujeres embarazadas y en lactancia, adultos mayores y personas con discapacidad. Más de 730 mil familias cuentan con una tarjeta denominada Sin Hambre, que les permite adquirir productos básicos a precios preferenciales.
La Cruzada Nacional contra el Hambre tiene como objetivos adicionales: garantizar el acceso a la educación de niños y jóvenes, a través de becas; dar certeza jurídica con la regularización y escrituración de casas y terrenos; ofrecer viviendas dignas, a través de programas de crédito, construcción y mejoramiento de la vivienda, y llevar servicios básicos a los hogares.
Con acciones como éstas, México ha hecho suya la visión amplia que promueve la FAO para atender las causas estructurales de la pobreza y el hambre, reiteró el presidente.
O sea que… ¿Se va o se queda Chayito?
AGENDA PREVIA
El secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, informó sobre los avances alcanzados en la consolidación de la reforma laboral; destacó la importancia de que todas las relaciones laborales cuenten con el compromiso tripartito de los factores de la producción y el gobierno para asegurar que los empleos respondan a los criterios del trabajo decente. Este diálogo social ha permitido alcanzar más de 20 meses de paz laboral sin una sola huelga de jurisdicción federal.
Po su parte, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes presume de la reforma en materia de telecomunicaciones, con la cual, dice, México ha transitado, en un breve lapso, a nuevas condiciones propicias para el desarrollo efectivo de sus telecomunicaciones y radiodifusión en beneficio de todos los mexicanos.
¡Ah bárbaros!
En la macroventa de los nueve ingenios públicos que el pasado viernes realizó el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), el gobierno federal obtuvo más de 3 mil 282 millones de pesos nada más por cuatro de ellos. La empresa Impulsora Azucarera del Noroeste del Grupo Zucarmex, cuyo principal accionista es el arquitecto Eduardo De la Vega, ofreció mil 974 millones de pesos (17 millones más que el precio base) por San Cristóbal y Atencingo.
Por su parte, el Grupo Beta San Miguel pagó por Emiliano Zapata y Casasano mil 308 millones de pesos (108 millones más del precio de salida). Los tres paquetes restantes, donde había cinco ingenios más, fueron declarados desiertos porque ninguno de los inversionistas apuntados presentó oferta. Funcionarios del gobierno comentaron que habrá una segunda vuelta y hasta una tercera, pero ya no se conformarán paquetes sino que podrían venderse individualmente y bajo otro esquema.
Lo importante para Zucarmex y Beta San Miguel es que sus dueños “no se alocaron” a la hora de ponerle números a sus ofertas.