A casi dos años de que la escultura de El Caballito, de Manuel Tolsá, sufriera un daño irreversible por un proceso de restauración mal ejecutado, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) aún no cuenta con el estudio para su rehabilitación.
El Fideicomiso del Centro Histórico, autoridad responsable de la reparación de la obra, informó a 24 HORAS mediante una solicitud de transparencia que el proyecto ejecutivo se encuentra en estudios.
En septiembre de 2013 la empresa “Marina, Restauración de Monumentos” realizó una intervención en la efigie de Carlos IV que afectó más de 35% de la superficie. El monto de los daños superó un millón 400 mil pesos.
No obstante, el Fideicomiso indicó que desde abril de 2014 hasta los primeros meses de este año se realizan estudios y procedimientos para determinar las condiciones del metal, elementos pétreos, núcleo del pedestal, entre otros aspectos.
“Actualmente algunos equipos continúan detallando datos en trabajo de gabinete, mismos que complementarán los resultados obtenidos hasta la fecha y que permiten un conocimiento más profundo de la obra”, respondió dicha autoridad.
Para la integración del proyecto de restauración de la efigie de Carlos IV se han realizado 20 estudios y quedan pendientes dos más “que se ejecutarán de cara a la restauración en coordinación con el INAH.
“Los estudios que se han realizado requieren de condiciones controladas de iluminación, de movimiento y de seguridad para las maniobras; se trata de procedimientos que requieren reducir, generados por la dinámica urbana del entorno”.
De acuerdo con el Fideicomiso del Centro Histórico, “tras ello se dará una evaluación conjunta que dará pie a la restauración. Los materiales de la escultura se encuentran estables y fuera de riesgo. Asimismo se mantiene un monitoreo permanente”, abundó.
Estimaciones del Fideicomiso del Centro Histórico indican que los trabajos de restauración tardarían cerca de tres meses y arrancarían en cuanto, en conjunto con el INAH, se apruebe un proyecto de restauración, a cargo del licenciado Mauricio Benjamín Jiménez Ramírez.
El daño a la efigie, causado en septiembre de 2013 ,fue causado por un trabajo de restauración mal ejecutado que no contaba con el aval del INAH y del que no estaban enterados ni la Autoridad y el Fideicomiso del Centro Histórico, además de que la concentración de los ácidos no fue la adecuada.
Una solución, con una concentración de 60% de ácido nítrico, utilizada durante la fallida restauración del monumento ecuestre de Carlos IV disolvió de manera irreversible el 50% de la capa que protegía al bronce original, poniendo en riesgo la integridad de la escultura, por ello que se tuvo que cubrir para aminorar los efectos del entorno.