WASHINGTON. La familia Obama celebró una fiesta privada en la Casa Blanca este fin de semana, una reunión que ha causado cierta controversia por no haber sido anunciada con anterioridad como suele ser costumbre, y porque además contó con la actuación del conocido cantante Prince.

 

Medio millar de invitados y «amigos» de la pareja presidencial acudieron a la cita, según confirmó hoy el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, quien sin embargo rechazó hacer cualquier comentario sobre la actuación del popular artista en la celebración, como había filtrado el diario The New York Times.

 

Earnest insistió en su rueda de prensa diaria en que no tenía detalles sobre el evento, dado su carácter privado, pero según las informaciones vertidas por medios estadounidenses cerca de 500 personas asistieron, entre empresarios, celebridades y otros invitados.

 

El portavoz aseguró que los Obama pagaron la fiesta con «su propio dinero», aunque no especificó la cantidad de los costes.

 

Varios de los asistentes a la celebración publicaron comentarios y fotografías de la misma, como el reputado reverendo Al Sharpton, quien tras abandonar el evento, alabó a través de su cuenta de Twitter la actuación de Prince y Stevie Wonder juntos en la mansión presidencial.