En julio del año pasado los Calderón –Felipe y Margarita–regresaron a México con dos oscuras intenciones: Una, resucitar al Partido Acción Nacional, que ellos mismos se encargaron de enterrar en su desastrosa administración. Dos, construir el futuro político de la señora Zavala, quien, según sus paleros, tiene posibilidades de ser candidata a la Presidencia en 2018.
En aquella ocasión comentamos en este espacio: Ingenuo, como siempre ha sido, Felipe Calderón cree que su mujer puede ser una carta fuerte para recuperar las llaves de Los Pinos en 2018. Sin embargo, habría que reflexionar sobre algunos “peros” que tendría Margarita en su hipotético camino hacia la candidatura presidencial, agregábamos y enumerábamos:
En primer término, tendría en contra el mal gobierno que encabezó su esposo, a quien cada día que pasa le encuentran más trapitos para sacarle al sol en términos de ineficiencias, omisiones y corruptelas de funcionarios de primer nivel que formaron parte de su administración. La guerra contra el crimen organizado que perdió; el sexenio de los 60 mil muertos; el mediocre crecimiento económico, la mediocre creación de empleos de quien se hizo llamar “el presidente del empleo” y otras cosas horribles.
Por otra parte, no hay en su débil currículum profesional suficientes elementos que permitan suponer la posibilidad de que su candidatura presidencial pudiera ser fuerte. Veamos en síntesis el perfil personal y profesional de la señora Zavala:
Nació en la Ciudad de México el 25 de julio de 1967, en una familia de políticos panistas formada por sus padres Diego Zavala Pérez y Mercedes Gómez del Campo Martínez. Fue la quinta de siete hermanos: Diego, Mercedes, Pablo, Juan Ignacio, Rafael y Mónica. Su madre, abogada por la Escuela Libre de Derecho, fue consejera nacional del PAN entre 1962 y 1968, cuando el jefe nacional era Adolfo Christlieb Ibarrola. Su padre fue diputado federal en la LV Legislatura 1991-1994, donde coincidió con Felipe Calderón cuando ambos legislaban en San Lázaro.
Margarita, también abogada por la Escuela Libre de Derecho, fue profesora en la Universidad Iberoamericana en el lapso 1991-1992. Se casó con Felipe Calderón en 1993 y es madre de tres hijos: María, Luis Felipe y Juan Pablo. Ingresó al PAN en 1984, a los 17 años. Fue diputada local en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (1994-1997) y diputada federal (2003-2006) en la LIX Legislatura del Congreso de la Unión. Ambas diputaciones fueron plurinominales. Se separó de la diputación federal el 1 de abril de 2006, antes de terminar su periodo, durante la campaña presidencial de Calderón.
Como puede apreciarse, el currículum de Margarita parece insuficiente para justificar una candidatura presidencial en 2018.
Por eso y muchas cosas más, cuando el domingo pasado se destapó como candidata a la Presidencia de la República para el 2018, “de la mano de los ciudadanos”, o sea como candidata independiente porque por el PAN nunca va a conseguirlo, hasta los perplejos comentaron: ¡No manches, Margarita!
Cínicamente la señora Zavala pareció responderle no sólo a sus detractores sino a la sociedad en su conjunto: “Voy a recorrer el país, escuchar a la gente y hablar de nuestras posibilidades. Estoy convencida de lo que queremos para el futuro y que podemos darnos, en la elección de 2018: Un gobierno que dignifique la política”.
¿A quién pretenden engañar los Calderón?
AGENDA PREVIA
En su acostumbrada reunión semanal con los vicecoordinadores de su bancada, el diputado Manlio Fabio Beltrones les hizo saber lo importante que es una lectura adecuada de los mensajes de la sociedad. “Si bien nuestro partido obtuvo triunfos electorales que lo refrendan como la primera fuerza política nacional y parlamentaria, los priistas tenemos una gran responsabilidad para ser cada día una mejor opción de representación de un mayor número de mexicanos…”
¡O sea, no se duerman en sus laureles!, acotan los observadores.