Pocas veces en la historia ha sucedido que un club mexicano pueda alinear hasta a dos futbolistas extranjeros con capacidad vigente para destacar en Europa.
No me refiero a veteranos o leyendas, que en ese rubro sí hemos tenido a bastantes figuras, muchas de ellos con sensacionales resultados e impacto. Me refiero a dos elementos con absoluta actualidad y en uno de los momentos estelares de su carrera.
André-Pierre Gignac fue uno de los mejores delanteros de la pasada temporada en el viejo continente. Tras años de insinuar su talento resolutivo, gama de remates, presencia de área y contundencia, bajo la dirección técnica de Marcelo Bielsa explotó y perfeccionó su futbol.
El poderoso goleador que ya acudió al Mundial 2010 con el representativo de Francia (ese torneo en que la absurda gestión de Raymond Domenech convirtió al equipo en un cabaret, lleno de dimes y diretes) y que cinco años atrás costó al Olympique de Marsella 18 millones de euros, tuvo en la 2014-15 su temporada. A lo largo del último ejercicio anotó 24 goles y fue el segundo máximo artillero de la Ligue 1.
Eso implicó su retorno a la selección gala, en donde compite con ofensivos del calibre de Karim Benzema (Real Madrid), Olivier Giroud (Arsenal), Antoine Griezmann (Atlético) y Loïc Remy (Chelsea).
De cerrarse su incorporación a Tigres, hará dupla con otro crack que podría seguir en Europa o incluso ser considerado por su seleccionador (seamos sinceros: Brasil no tiene demasiado que supere al hoy felino). Rafael Sobis se marchó al Betis español con apenas 21 años, pero retornó pronto a la liga brasileña. Desde enero de 2015 en Tigres, ha demostrado brillantez como segundo delantero y apoyo para la línea de ataque, aunque en muchas ocasiones sin apoyo o compañeros a su dimensión.
La dupla Sobis-Gignac promete mucho y así ha costaría a la directiva felina. En su momento, lo de Sobis no me generó gran sorpresa por lo común que es tener a brasileños en nuestra liga; por contraparte, lo de Gignac pensé que era mero rumor hasta que más negociaciones han trascendido como genuinas.
Podría haberse mantenido a las órdenes de Bielsa en un Olympique de gran campaña (aguantó en la lucha por el título hasta el último cuarto del torneo) o contratarse con algún equipo de Italia, Inglaterra o España, pero por alguna razón está por aceptar el reto mexicano.
En la cancha y los egos podrán suceder demasiadas cosas, pero el esfuerzo económico Tigre es plausible. Si su plantel ya era el más connotado de México, la diferencia (y exigencia) crecería aún más con Gignac.
Lo primero sería enfrentar al Inter de Porto Alegre (ex equipo de Sobis) en Semifinales de la Copa Libertadores a mediados de julio. André-Pierre puede tener ahí su debut soñado, con acaso el partido más relevante en la historia de la institución, asumiendo lo que implicaría una calificación a la gran final.
Dos Tigres de élite. Gignac no llegaría en curva descendente o jubilación, sino en el mejor momento de su carrera.