La Secretaría de Educación Pública registró a 48 mil 674 profesores que este fin de semana acudirán a evaluarse para obtener una promoción a directores, supervisores y asesores técnicos pedagógicos. Los exámenes se aplicarán en más de 250 sedes “en todo el país”.
Al respecto, mediante varias circulares firmadas por diferentes lideres de la sección 22, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) pidió a sus maestros que no participen en el proceso de evaluación al que está convocando el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
Si bien en Oaxaca hay 85 mil profesores adscritos a la CNTE (de acuerdo con información del IEEPO y de los propios líderes gremiales), la cifra de cuántos profesores concuerdan con la disidencia magisterial en el resto de los estados no está cuantificada oficialmente: se calcula que en Michoacán hay 35 mil adscritos a la Coordinadora y en Guerrero, otros 30 mil, mientras que en Chiapas son más de 20 mil.
Lo que la SEP no ha dicho es cuáles serán estas sedes, ante la amenaza de la Coordinadora de impedir la aplicación de los exámenes en las entidades donde tiene mayor presencia.
Aunque el plan inicial de la disidencia era quemar los exámenes (como ya hicieron en Michoacán, donde se aplicaba la prueba Planea de evaluación del desempeño educativo), los maestros tendrían que cercar las sedes de aplicación, porque en esta ocasión los exámenes se llevarán a cabo mediante computadoras que no estarán conectadas a Internet, de acuerdo con la información oficial.
Esta será la primera vez desde la promulgación de la reforma educativa que entren en operación los exámenes para obtener un ascenso o promoción al interior del magisterio, echando para atrás el sistema por puntuación o escalafonario que durante decenas de años había sido la manera en la que se decidía promover a un maestro a director o supervisor.
Estas promociones se hacían de acuerdo con una puntuación que, entre otras cosas, consideraba antigüedad, experiencia y una evaluación idealmente tanto del Sindicato como de la autoridad educativa, aunque al final habían sido los gremios los que habían tenido el control y criterio para otorgar o no puntos que permitieran a los docentes subir de rango.
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