Los arrecifes de coral son uno de los ecosistemas más vulnerables al cambio climático, pero podrían salvarse de una futura destrucción con el uso de una técnica de geoingeniería que supone al inyección de gas en la estratosfera, según un estudio publicado el mes pasado en Nature Climate Change.
El aumento de temperatura de la superficie marina y la acidificación de los océanos, causados por el incremento de los niveles de CO2 en la atmósfera, son algunas del as causas que causan el blanqueo de los arrecifes de coral.
Esa afección puede dañar seriamente o destruir sistemas enteros de arrecifes coralinos y se prevé que se intensifique en las próximas décadas debido al estrés ejercido sobre los corales por el aumento de la temperatura del agua del mar.
Los expertos creen que, incluso bajo los escenarios más ambiciosos de reducción de CO2, a mediados de este siglo se producirá una severa y generalizada extensión de esa dolencia que afecta a los colares.
Sin embargo, una técnica de geoingeniería llamada gestión de radiación solar (SRM en inglés) puede reducir el riesgo de una grave decoloración del coral a nivel global, según sugiere un estudio del Carnegie Institution for Sicence de la Universidad de Exeter y del Centro Hadley para el cambio climático (Reino Unido), así como de la australiana Universidad de Queensland.
El método SRM supone inyectar gas en la estratosfera terrestre -en la simulación sobre la que basa el estudio se habla de dióxido de azufre- para formar partículas microscópicas que reflejen parte de la energía del sol y ayuden así a limitar el aumento de las temperatura en el superficie marina.
El estudio comprara los efectos de esa posible medida con los escenarios más agresivos de reducción de emisiones de CO2 contemplados por el Grupo Intergubernamental de expertos en Cambio Climático de la ONU (IPCC) y concluye que a los arrecifes de coral les iría mucho mejor con las técnicas de geoingeniería a pesar de la creciente acidificación de los océanos.
El profesor Peter Cox de la Universidad de Exeter y coautor del estudio señaló que las barreras de coral hacen frente a una “situación grave independientemente de la intensidad con la que la sociedad ‘descarbonice’ su economía”.
Para Cox, el estudio muestra que “hay que elegir entre aceptar como inevitable la pérdida de un gran porcentaje de las barreras de coral o empezar a pensar más allá de la reducción convencional de emisiones de CO2″.