Una “piel” de plástico rellena de microalgas recubre edificios o forma parques urbanos y es capaz de producir, en una superficie de solo 36 metros cuadrados y gracias a la luz solar, el oxígeno de cuatro hectáreas de bosque y 90 kilos de proteínas vegetales, ricas en nutrientes, para el consumo humano.

 

Se trata de un dispositivo formado por paneles triangulares de plástico enmarcados en metal y rellenos de microalgas y agua, tiene el aspecto y el tamaño aproximado de una tienda de campaña irregular donde caben unas pocas personas de pie.

 

Sumado a otros módulos similares, conformarían una estructura con una superficie aproximada de 36 metros cuadrados y es capaz de generar, en 24 horas, tanto oxígeno como el producido por una superficie de 40.000 metros cuadrados plantada de árboles.

 

Esta edificación experimental, que es una expresión muy básica de un sistema que podría emplearse a gran escala para recubrir edificios o formar estructuras independientes similares a parques, también genera en una jornada alrededor de 150 kilogramos de biomasa (materia orgánica originada en un proceso biológico), el 60 por ciento de los cuales son proteínas vegetales naturales.

 

El oxígeno generado, híbrido entre naturaleza y arquitectura, y cuyo cultivo y producción son controlados con tecnología digital para adaptarlos al clima y el entorno, puede aprovecharse con fines industriales o para el mejoramiento de la calidad del aire, mientras que su biomasa vegetal servirá como fuente de energía o para la producción de alimentos.

 

De hecho este prototipo del Urban Algae Canopy o UAC (dosel urbano de algas) desarrollado por EcoLogicStudio (www.ecologicstudio.com) y Carlo Ratti Associati (www.carloratti.com), se presentó en una sección de la Expo Milán 2015, dedicada a la aplicación de las nuevas tecnologías en la cadena de alimentos, bajo el lema “Alimentar el planeta, energía para la vida”.

 

Esta “cubierta viva”, que funciona como un bosque o una granja que se puede empotrar en una ciudad, formando estructuras independientes, puede ser la fuente de oxígeno, alimentos y energía para las ciudades del futuro y es un avance la nueva arquitectura que combina organismos vivos y materiales de construcción, de acuerdo a sus creadores.

 

“El prototipo del UAC es un pabellón que interactúa con la gente y el ambiente, integrado por cultivos vivientes de microalgas. Construcción ejemplo de la arquitectura biodigital de futuro”, según los arquitectos y diseñadores italianos Marco Poletto y Claudia Pasquero, autores del proyecto de ecoLogicStudio, en Londres (Reino Unido).

 

Piel arquitectónica que mejora el aire urbano

 

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FOTO: ecoLogicStudio

 

“Las microalgas, en este caso la espirulina, son unas máquinas de fotosíntesis excepcionales, contienen nutrientes fundamentales para el cuerpo humano, tales como minerales y proteínas vegetales, y también oxigenan el aire y pueden absorber el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera urbana con una eficacia diez veces superior a la de los árboles grandes”, añaden.

 

Según Poletto y Pasquero, la arquitectura innovadora del dosel urbano de algas es una evolución del conocido sistema de piel arquitectónica ETFE, un tipo de polímero termoplástico transparente de gran durabilidad, estabilidad ante cambios de temperatura y resistencia a los cortes, al calor, la corrosión y los rayos UV.

 

En el caso de UAC, el ETFE tiene la capacidad, tanto de proporcionar el hábitat ideal para estimular el crecimiento de la espirulina, como garantizar la comodidad de los visitantes.

 

“En los días soleados de verano las microalgas crecen rápidamente, lo que aumenta el potencial de sombreado de la piel arquitectónica de ETFE mejorando el confort de las personas que están bajo su cobijo, mientras que, a su vez, la presencia de los visitantes activa un sistema de regulación digital que estimula la insolación y el crecimiento de las algas y su actividad oxigenadora”, según los autores del proyecto.

 

“En un momento dado de su funcionamiento, la translucidez, el color, la reflectividad, el sonido y la productividad de este dosel son el resultado de la relación simbiótica del clima, las microalgas, los seres humanos y los sistemas de control digital”, agregan.

 

Las propiedades de las microalgas se ven reforzadas por su cultivo en un sistema de revestimiento de tres capas de ETFE, y una tecnología especial de soldadura permite formar con este polímero una serie de compartimentos o cojines paralelos y controlar el comportamiento dinámico del agua, a medida que viaja a través de la piel arquitectónica, según EcoLogicStudio.

 

“Los flujos de energía, el agua y el CO2 del AUC son regulados por medio de tecnología digital para responder y adaptarse a los patrones climáticos y a los movimientos de los visitantes, cuya presencia en la instalación dispara automáticamente unas electroválvulas que alteran la velocidad de flujo de algas a través del dosel”, señalan Poletto y Pasquero.

 

Poletto y Pasquero creen que su proyecto demuestra que “ha llegado el momento de superar la segregación entre la tecnología y la naturaleza típica de la era mecánica, para abrazar una comprensión sistémica de la arquitectura”.

 

Cubierta “viva” como fuente de energía

 

“Este sistema de revestimiento, que funciona como una granja de algas integrado, podría ser utilizado para abastecer de energía a las ciudades en el futuro”, explica Poletto.

 

Añade que este sistema funciona mediante el bombeo de oxígeno, una solución de agua, las algas y sus nutrientes a través de los cojines de ETFE, y que la tasa de crecimiento de las algas en el interior del sistema variará dependiendo de la fuerza del sol.

 

“Cuánto más soleado es el día, más rápido crecen las algas, adquiriendo una coloración verde más oscura con lo que el pabellón se vuelve menos translúcido, aumentando la capacidad de sombreado interior. Es una arquitectura que coevoluciona con la temporada del año y el medio ambiente”, destaca.

 

FOTO: ecoLogicStudio

 

“Además de proporcionar sombra, las algas obtenidas con este sistema se cosechan regularmente para ser consumidas como alimento”, señala Poletto,

 

Este diseñador explica que en el pabellón de Expo Milán 2015 se ha utilizado una especie de alga llamada espirulina, que se utiliza comúnmente como un suplemento dietético, porque es muy rica en nutrientes, pero la biomasa de algas obtenida “también podría ser utilizadas como un biocombustible”.

 

“El pabellón funciona esencialmente como una máquina fotosintética donde las microalgas crecen, son cosechadas y producen una biomasa que puede ser una fuente de alimentación o una fuente de energía”, sintetiza.

 

El dosel de Expo Milán 2015 cubrió unos 36 metros cuadrados, pero Poletto señala que este sistema “puede ser utilizado en una escala mucho mayor” e imagina un futuro en el que edificios enteros están revestidos con esta piel bíodigital, “que eliminaría el CO2 de la atmósfera y al mismo tiempo proporcionaría alimentos y energía para los habitantes del edificio que recubre”.

 

“Los subproductos de este proceso pueden conectarse a lo que podemos llamar el metabolismo ampliado del edificio, transformándolo en una especie de planta de energía en sí misma, y este sistema 2podría proporcionar la densidad y la intensidad de la producción necesarias para abastecer a las ciudades actuales y aún más a las de los próximos años”, señala.

 

“Este sistema constituido por ETFE y microalgas, podría ser utilizado en el contexto urbano, por ejemplo en marquesinas, fachadas y techos, con la ventaja de poder integrarse en la producción d alimentos y energía de la ciudad”, explica a Efe Claudia Pasquero. (Con información de EFEverde)