La inversión pública en México continúa con una tendencia a la baja, mientras que el gasto corriente continúa en ascenso, lo que significa que el ejercicio presupuestal del gobierno mexicano está aportando cada vez menos a la economía, apuntó el economista Jonathan Heath luego de realizar un análisis de los componentes del gasto del Producto Interno Bruto de México.

 

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inversión pública –como en infraestructura enfocada al desarrollo y para activar la economía– muestra una marcada tendencia a la baja tras la crisis económica global de finales de la década pasada.

 

Después de haber alcanzado un máximo histórico en el primer trimestre de 2009 con 766 mil 53 millones de pesos, disminuyó por cinco años consecutivos.

 

En 2010, la inversión pública cayó 1.06% con respecto al año anterior, en 2011, volvió a caer 3.79% anual. En 2012 registró su peor retroceso con 8.95%, mientras que en 2013 cayó 1.48%, y finalmente en 2014 se contrajo 6.89%, de acuerdo al INEGI, y al análisis realizado por Heath.

 

“Sólo por mencionar un ejemplo, una buena parte según Hacienda va a la exploración de pozos petroleros, pero si no son productivos, INEGI no lo clasifica como inversión, sino como gasto, y por tanto no es una inversión productiva”, agregó Heath.

 

“Hay muy poco margen de maniobra para un ‘presupuesto base cero’, ya que una gran parte es un gasto comprometido, incluso inscrito en la ley. No creo que vayan a cambiar esta tendencia, ya que aumentarán el gasto social, pero tienen que disminuir el déficit en 0.5% del PIB, y además cuentan con menores ingresos petroleros, por lo que hay poco margen de maniobra”, aseguró el economista.