Dicen que el dinero no compra la felicidad, pero bien puede sumar para tentarla. Tigres apuesta a ello. Si no, nada más ver lo que se acaba de gastar en refuerzos para el torneo de Apertura 2015: casi 19 millones de dólares, eso gracias a que el seleccionado nacional francés, André-Pierre Gignac, llegó gratis a los felinos porque era un jugador libre y sin contrato que lo ligara ya al Olympique de Marsella, sin olvidar que, por ello, ganará casi 5 millones de dólares anuales; golpe de talonario en todo su esplendor que, sin duda, enciende expectativa, pero para nada asegura el éxito deportivo.

 

Javier Aquino, Uche, Gignac, Jürgen Damm (aunque está trabado su traspaso por un adeudo del Pachuca), Tigres se reforzó hasta las rayas. Su objetivo es claro: ganar la Copa Libertadores 2015, para luego barrer en la liga mexicana y terminar de encumbrarse en la Concachampions y presentarse en la Copa Mundial de Clubes, de diciembre de 2016. ¿Tiene con qué? Sin duda, su plantel lo avala. El problema es que el tener un superequipo no es garantía de títulos. Ahí están dos de los ejemplos más contundentes del futbol mexicano: América y Chivas, cada uno en su momento.

 

Primero fue el caso del América de las abejas africanas: un trabuco que aglutinaba a gente de la talla de Omam Biyik, Kalusha, Joaquín del Olmo, Zague, Cuauhtémoc Blanco, los últimos tres seleccionados nacionales; todos dirigidos por el holandés Leo BeenhakKer. América formó un trabuco y goleó a cuanto rival se les puso enfrente, hasta que la directiva americanista decidió poner de patitas en la calle al ex timonel del Real Madrid. Las Águilas perdieron de tal forma el impulso que fueron echados en la Liguilla.

 

No fue el único caso, quién no recuerda a las Súperchivas. Nombres le sobraban, Carlos Turrubiates, Ramón Ramírez, Guamerú García, Misael Espinoza, Alberto Coyote, Daniel Guzmán, puro seleccionado nacional que no pudo coronarse en aquellos torneos largos, sino hasta tres años después.

 

Es el turno de Tigres que enfrentará las Semifinales de Libertadores el 15 y 22 de julio, apenas días antes de arrancar el torneo local, el sábado 25 de julio. Así en frío en eliminatoria caliente. Dicen que el dinero no compra la felicidad, pero Tigres quiere demostrar lo contrario.

 

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