Barack Obama, presidente de Estados Unidos, entonó el himno Amazing grace tras un emotivo discurso sobre la raza, la violencia y los “pecados originales” del país durante el servicio religioso por el reverendo Clementa Pinckney, asesinado junto con ocho feligreses por motivos racistas.
El primer presidente negro de Estados Unidos cantó esta melodía espiritual a menos de kilómetro y medio (una milla) de donde miles de esclavos fueron vendidos y donde Carolina del Sur firmó su pacto para salirse de la unión hace más de siglo y medio.