LYON, Francia. Yasim Salhi, sospechoso de haber decapitado a un hombre y haber tratado de volar una planta química en el este de Francia, se hizo un “selfi” con la cabeza de la víctima que envió a un número estadounidense posiblemente con base en Siria, indican hoy medios locales.
Según la cadena de televisión BFMTV, el presunto terrorista se fotografió con la cabeza de su jefe, el gerente de la empresa de paquetería en la que trabajaba.
A través del servicio de envío de mensajes “WhatsApp” envió la foto a un número de Estados Unidos.
Ayer, Salhi colgó la cabeza de la víctima en una verja de la empresa de Saint-Quentin-Fallavier que trató de volar.
El presunto terrorista fue reducido por un bombero cuando se disponía a abrir bombonas de acetona.
De acuerdo con BFMTV, el arma que se encontró en el lugar de los hechos era de juguete.
El conductor de camión que se encuentra detenido y cuenta con amplios antecedentes de vínculos con radicalistas islámicos, se niega a hablar con la policía sobre su posible implicación con una explosión y decapitación en el sureste de Francia, informó el sábado un funcionario francés, quien agregó que otro de los sospechosos arrestado inicialmente fue liberado sin que se le presentaran cargos.
El principal sospechoso, Yassine Salhi, así como su esposa y su hermana, siguen detenidos en Lyon un día después de que supuestamente él impactó su camión contra un almacén químico y colgó la cabeza cercenada de su jefe en la puerta de la fábrica, dijeron las autoridades.
Se liberó a una cuarta persona que había sido detenida el viernes de acuerdo a la portavoz de la oficina de la procuraduría de París, Agnes Thibault-Lecuivre. Bajo las leyes antiterrorismo de Francia, Salhi y las dos mujeres pueden ser retenidas hasta cuatro días antes de que se les libere o se les presenten cargos preliminares y se mantengan en prisión.
Los investigadores no han revelado un motivo o un posible vínculo en el extranjero, comentó Thibault-Lecuivre.
Ningún grupo se ha responsabilizado inmediatamente por el atentado.
La cabeza cercenada parece reflejar las prácticas del grupo Estado Islámico de decapitar prisioneros y mostrar sus cabezas, y el ataque se da varios días después de que los extremistas hicieran un llamado a incrementar sus actos durante el mes sagrado para los musulmanes del Ramadán. Las autoridades francesas acusan que Salhi tuvo conexiones en el pasado con los radicales salafistas.
Por separado, cientos de personas se manifestaron el sábado en la región para honrar al asesinado empresario, Herve Cornara y condenar la violencia. Decenas de personas guardaron un minuto de silencio en Saint-Quentin-Fallavier, el pueblo al sureste de Lyon donde ocurrió el ataque del viernes contra el almacén de productos químicos de Air Products.
Varios centenares de personas también se reunieron afuera de un proyecto residencial en Fontaines-sur-Saoine para rendir un homenaje a Cornara, de 54 años, y administrador de una compañía de transportes que había empleado a Salhi desde marzo pasado. Recordaron a un hombre sencillo y amable, quien era muy activo entre la comunidad del suburbio de Lyon.
Con información de AP y EFE