LONDRES. Más de 35 años después de haber compuesto The Wall, el músico británico Roger Waters ha dado una nueva vida a los temas originales de la ópera rock de la banda Pink Floyd en una película que explora la naturaleza de la violencia y los conflictos humanos.
“Son las mismas letras, la misma música, pero creo que ahora aportan un punto de vista más amplio“, explicó en una entrevista con Efe Waters, para quien su emblemático muro “muestra los efectos del dogma en la sociedad”.
El 29 de septiembre se estrenará en cines una cinta que mezcla imágenes de la última gira del músico con otras filmadas durante un viaje por Europa en el que visitó la tumba de su abuelo, muerto en la Primera Guerra Mundial, y un memorial dedicado a los soldados que cayeron en combate en 1944, entre ellos su padre.
Con 71 años, Waters mantiene el espíritu autobiográfico que dio origen a The Wall, pero pasa por alto algunos de los asuntos que le preocupaban como joven estrella del rock en 1979, como las drogas y los problemas sentimentales, para poner el acento en su defensa del pacifismo y su empatía con las víctimas de las guerras.
“A menudo uso la analogía de que un músico es como un pintor. Yo pinto lo que veo, no tengo elección. Cuando contemplas el ‘Guernica’ te das cuenta de que Picasso no tenía en la cabeza nada más que las atrocidades de la Guerra Civil española”, relató el músico, que aparece en la cinta junto a sus hijos y algunos de sus amigos.
En pantalla, Waters se acerca a una catarsis personal: “Fue muy importante establecer una conexión tan intensa con mi familia, con personas que vivieron hace tanto tiempo, que fueron asesinadas en la guerra y de las que solo quedan fotografías”.
“El objetivo es dejar claro que el mejor modo de resolver conflictos no es lanzarnos bombas los unos a los otros. Esa es posiblemente la peor manera, aunque es también la que da más beneficios económicos”, señaló.
El músico ha titulado la nueva cinta Roger Waters The Wall, una forma de reivindicar su trabajo en el álbum original, que compuso prácticamente en solitario.
“Yo no soy Pink Floyd, así que esto no podía ser ‘Pink Floyd The Wall’, no tiene nada que ver con Pink Floyd”, afirmó Waters, que recordó que el guitarrista David Gilmour, antiguo colíder de la banda “escribió algunos pedazos de tres canciones, quizás el 3 o el 4% de las letras”.
Más de tres décadas después de haber abandonado la banda, Waters todavía eleva el tono al hablar del tormentoso final de Pink Floyd: “A pesar de lo que se dice, nunca inicié una acción legal, nunca fuimos a un tribunal”, rememoró.
“No quería quedarme el nombre de Pink Floyd, sino retirarlo. Cuando dejé el grupo sugerí a los otros dos miembros, Nick Mason y David Gilmour, que lo más decente era aceptar que ya no existía una banda como tal y retirar con elegancia el nombre, algo parecido a lo que hizo Led Zeppelin”, relató el músico.
“Mis abogados me dijeron que el nombre tenía un valor y no podía retirarse. La jurisprudencia británica gira en torno a la propiedad. Me dijeron que si trataba de quedármelo tenía buenas opciones de ganar la batalla, pero no quería hacer eso, no era mi objetivo”, afirmó.
Waters subrayó que “es importante explicar a la gente que las imágenes que aparecen en esta película son las de mi gira, que nadie vaya al cine pensando que son las del ‘The Wall’ original”.
“También tengo esas imágenes, las de 1980. Las he editado y quizás en algún momento las publique”, señaló Waters, para quien la nueva cinta, cuyas entradas ya están a la venta por internet, es una “película conceptual” que resulta “imposible de describir”: “Está fuera de las posibilidades de alguien que no la haya visto imaginar cómo es”, afirmó.