Faltaban sólo dos horas para arribar a París, Francia, cuando una voz alertó a los 193 pasajeros del vuelo AM003 de Aeroméxico: se trataba de una situación de emergencia y el Boeing 787 debía aterrizar de última hora en Shannon, Irlanda.
Al llamado de alerta siguió un silencio generalizado, luego el desconcierto y después la preocupación; aunque se habló de un incendio en el compartimento del avión, justo del lado derecho, no hubo rastros de humo o llamas.
El ex sacerdote Alberto Athié, uno de los 193 pasajeros, narró a 24 HORAS que el capitán de la tripulación, conformada por 12 personas, ordenó a los pasajeros quitarse los zapatos, joyas, collares y cualquier prenda que complicara sus movimientos. También les pidió estar preparados para un desalojo rápido.
“Hubo gente que se negó, pidieron bajar algunas cosas y los de la tripulación dijeron que para nada, que era una situación de emergencia y que teníamos que dejar totalmente libres los accesos”, cuenta Athié Gallo vía telefónica desde la sala de espera del aeropuerto de Shannon, un complejo pequeño.
Nadie sabía con certeza lo que ocurría; una mujer originaria de Francia, sentada en la ventanilla, justo a un costado del ex cura mexicano que ha denunciado casos de pederastia en el país, se asomó al exterior en busca de humo o llamas, pero no vio nada.
“Empezamos a entrar obviamente en una situación de nerviosismo, de preocupación, a veces de forma -como es normal- irracional”, recuerda Athié; siguió la voz del capitán pidiendo ponerse en posición de impacto o fetal. Muchas madres tuvieron que despertar a sus hijos pequeños que ante el ambiente de tensión soltaron el llanto.
En un primer momento se les avisó que el avión sería desviado a un aeropuerto de Madrid, España, pero luego se aclaró que la aeronave buscaría llegar a Shannon.
Después, la tripulación dio la orden de estar preparados para el aterrizaje de emergencia y a estar “dispuestos a desalojar el avión lo más pronto posible”; Athié cuenta a este diario que el descenso fue con pericia y sin complicaciones.
“Al aterrizar ya estaban todos los camiones especiales de los bomberos y las ambulancias como esperando que algo pasara y sin embargo no sucedió nada. Llegamos, se acercaron los bomberos con las mangueras y nos fueron bajando con bastante prisa”.
Las versiones
El vuelo AM003 de Aeroméxico salió de la Ciudad de México pasada la media noche de ayer y debía arribar a la capital francesa hacia las 17:00 horas, sin embargo, asegura Athié, unos 120 minutos antes de llegar a París se desató la emergencia en la que ninguna persona resultó lesionada o con crisis nerviosa.
Ya más calmado y con el sonido de la voz de varios niños colándose por el teléfono, Athié Gallo admite: “uno piensa en que tal vez es ya el último momento de la vida y tiene que estar preparado”.
Cuestionado sobre los motivos que desataron la emergencia, el ex sacerdote de la Arquidiócesis de México señaló que corrieron dos versiones; una, bromeó, “hasta de risa”, pues se dijo que el avión llevaba siete toneladas de pan que se fermentaron durante el vuelo y provocaron un aumento de temperatura.
La otra, expresó ya más serio, que se había originado un incendio en el compartimiento del Boeing 787, pero, como lo aclaró más tarde la propia aerolínea y el embajador de México en Irlanda, Carlos García del Alba, no hubo rastros de llamas o humo que lo confirmaran.
El embajador García del Alba informó a 24 HORAS que los 193 pasajeros fueron repartidos en cuatro hoteles de la ciudad de Shannon para pernoctar y posteriormente retomar el vuelo para llegar a París, que está a casi tres horas por aire de la ciudad Irlandesa.