Sus cuerpos parecen estar hechos de cristal, que con un simple toque podrían romperse. Varios jugadores de la Selección Mexicana han mostrado esa fragilidad, como sucedió con Javier Hernández, que se perderá la Copa Oro tras la fractura que sufrió en la clavícula derecha.

 

En las últimas semanas, las lesiones han sido un dolor de cabeza para el técnico Miguel Herrera. Rafael Márquez sólo pudo disputar el duelo con Bolivia en la Copa América; después, el jugador abandonó la concentración por un problema fibrilar del muslo izquierdo, sin olvidar que hace unos días Héctor Moreno también quedó descartado tras retirársele material de osteosíntesis por una lesión que tuvo hace seis años en el pie derecho.

 

Con sus respectivos equipos, también han sufrido. En 2013, con el Barcelona, Jonathan dos Santos paró seis meses por una rotura de ligamento, y en el presente año, dejó de jugar por tener una sobrecarga muscular.

 

Giovani dos Santos, con el Villarreal, tuvo una microrrotura fibrilar en el vasto interno de la pierna derecha, durante el calentamiento previo al partido contra Córdoba en abril pasado.

 

Carlos Vela, en febrero, sufrió una rotura del menisco interno y quedó fuera dos meses; Jesús Tecatito Corona, en marzo, dejó al Tri y regresó a Holanda por una lesión muscular en el muslo izquierdo; sin olvidar a Andrés Guardado, que fue calificado como el ‘Rey’ de las lesiones en 2013. Apenas en febrero del año en curso, tuvo un esguince en la ingle.

 

Los jugadores del Tri parecen de cristal y el Piojo Herrera es el que tiene que pagar los platos rotos.