En febrero de 2012, Jacobo Zabludovsky ofreció una larga y sustanciosa entrevista para 24 HORAS al periodista Edmundo Cázares, en la que habló de manera extensa sobre diversos tópicos, entre ellos la vida, la muerte, su carrera y hasta el nombre de nuestro diario. A continuación, algunos de los momentos destacados de la misma:

 

Medio de comunicación 

 

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“Indudablemente, los medios de comunicación influyen y son realmente un poder en México. Hoy disfrutamos de una amplia libertad de decir nuestras opiniones y profundizar en las noticias”.

 

Su noticiero, 24 HORAS 

 

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“24 Horas fue un programa de noticias que empezó en 1970, en una hora imposible, a las 11 de la noche, que era cuando se apagaba la televisión. Los noticieros habituales eran de 15 minutos, pero 24 Horas empezó como un desafío, pues era un programa de hora y media diaria”.

 

El Diario 24 HORAS

 

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“Cuando lo vi por primera vez me llamó inmediatamente la atención, y empecé a ver quién era el director. Cuando vi que era Raymundo Rivapalacio, me satisfizo que el nombre de un programa de televisión que tuve durante tantos años estuviera ahora en la cabeza de un periódico que dirigía él, así es que me dio mucho gusto”.

 

Periodismo actual vs el de antaño 

 

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“Hoy disfrutamos de una mayor libertad de expresarnos a la que tuvimos hace algunas décadas, cuando un solo partido político dominaba los poderes constitucionales, los poderes fácticos, los extra legales y los que dependen de la iniciativa privada, como la prensa, la iglesia, las organizaciones obreras y patronales”.

 

Las presiones políticas 

 

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“Todos los periodistas estamos expuestos y sujetos a ese tipo de presiones del poder político y una especie de censura a la que hay que ajustarse, según el medio y la importancia del periodista”.

 

La presidencia de México 

 

“Creo que el presidente que necesita México es uno que, primero, jerarquice los problemas fundamentales a los que se tiene que enfrentar; acabar con esa enorme y perversa pobreza que sufren millones de mexicanos y que tiene un apartado interior que se llama desigualdad social. Que tenga un programa serio y sólido para enfrentarse a elevar la calidad de vida de los mexicanos, pero sobre todo, que hable absolutamente con la verdad”.

 

Sobre la muerte 

 

“Claro que le tengo miedo a la muerte. Cuando me detectaron cáncer me pasó una cosa muy rara, tuve una reacción muy curiosa. Me dije: ¡Dios mío! ¡Tengo cáncer!, ¿por qué yo? Es como si me hubieran dicho que ya iba a colgar los tenis y que iba a chupar faros”.

 

A quién le gustaría encontrar en el cielo 

 

“A mi padre; al faraón de Texcoco Silverio Pérez, con quien pasé muchas tardes de alegría; a mi gran amiga María Félix; a Guillermo Pérez Verduzco, a quien le decíamos Tobi, por su lealtad inquebrantable; y al maestro David Alfaro Siqueiros, de quien aprendí tantas cosas”

 

Cómo lo recibirán en el cielo 

 

“¡Jajaja! Qué ocurrencias las tuyas. Seguramente me pedirán que realice algunas entrevistas…”

 

Su testamento

 

“Ya todo está en orden. Si muero hoy, mis hijos y mi adorada Sarita no tendrán nada de qué preocuparse, pero como no pienso morir aún, no tienen nada de qué preocuparse”.

 

Los libros que se llevaría 

 

“¿Para qué quiero libros, si se supone que voy a descansar? Además, ya he leído bastante. Pero me llevaría Don Quijote”.