Cuando hablamos del Fórmula Uno Red Bull Showrun que impactó a más de 60 mil personas en el Zócalo de la Ciudad de México, recordamos de inmediato al auto campeón del mundo del equipo Red Bull Racing, el RB7, pero no fue la única estrella que circuló alrededor de la Plaza de la Constitución.
Los pilotos de Fórmula Uno Daniel Ricciardo (Infiniti Red Bull Racing) y Carlos Sainz Jr. (Scuderia Toro Rosso) manejaron el sedán de lujo Infiniti Q50 híbrido, un vehículo que es capaz de desarrollar 360 caballos de fuerza, gracias a sus dos motores.
Infiniti se ha colocado como uno de los nuevos competidores de autos premium en el país, y el híbrido de la marca tiene grandes armas para pelear. Además de la comodidad, el Q50 cuenta con agresivas y deportivas líneas, aunque una de las características que más resaltó el propio Ricciardo, ganador de tres Grandes Premios de Fórmula Uno, fue la agilidad de la dirección y la veloz respuesta a los cambios.
Gracias a un sistema digital de última generación transmite de manera electrónica (más veloz que el tradicional sistema mecánico) las órdenes a la dirección, además de contar con cuatro tipos de manejo: pesado, estándar, ligero y casual.
Otro de sus avances se da en el diseño aerodinámico, que controla las corrientes de aire para mantener la estabilidad y balance del auto, algo que pudimos ver en las curvas del “trazado”, cuando lo llevaban a su máximo desempeño.
Aunque su mayor bondad es el poder cambiar del motor de combustión al eléctrico y viceversa, cuando lo desees, o bien, disfrutar toda la potencia de ambas fuentes de poder.