Shanghái. El pánico se apoderó del mercado bursátil en China. Al inicio de sus operaciones del miércoles, el índice general de la Bolsa de Shanghái, el indicador de referencia de los parqués chinos operaba con fuertes caídas que alcanzaron más de 8%
El desplome en sus primeras operaciones siguió a la caída de 1.29% del martes y de las últimas tres semanas.
El otro mercado de valores del país, Shenzhen, abrió también con 4.44% a la baja. Al referencial shanghainés no le duró el respiro que tuvo el lunes, cuando cerró un 2.41% al alza, tras las medidas adoptadas por Pekín el fin de semana para fomentar la compra de valores más estables.
De esta manera, las bolsas chinas parecen encaminadas a continuar la que sería ya su cuarta semana de grandes pérdidas casi sin freno, después de perder 29% en valor en las tres anteriores, y prolongaría los que ya han sido sus peores resultados trisemanales en el cuarto de siglo de historia de los parqués chinos.
Los esfuerzos de Pekín están destinados sobre todo a combatir el pánico entre los cerca de 90 millones de inversores individuales que participan en las bolsas chinas, a menudo personas con muy rudimentarios o inexistentes conocimientos financieros, que han volcado sus ahorros en las bolsas y actúan de manera intuitiva.
Se calcula que, a través de sus 257 millones de cuentas de inversiones en bolsa suscritas en todo el país, estos inversores generan cerca de 80% del volumen de negocios diario de los parqués chinos, y su sensibilidad a los rumores hacen de ambos mercados dos de los parqués más volátiles del mundo.
Poco después de la apertura y ante el hundimiento de los mercados, el Banco Popular de China (central) anunció una nueva serie de medidas para dotar de mayor liquidez a la entidad estatal de crédito Corporación de Financiación del Mercado de Valores de China (CSF, en sus siglas en inglés) con el objetivo de estabilizar los mercados bursátiles.
En un comunicado, el banco central informó que apoyará el “desarrollo estable” de las bolsas del gigante asiático, que han perdido casi un tercio de su valor durante las últimas tres semanas y continúan a la baja.
Los inversionistas en la región temen un crash por el desplome tan acelerado de la bolsa de valores en China, empujada por la expectativa de que la burbuja bursátil de los años pasados se ha desmoronado y eso es lo que genera la espectacular caída.