El Volcán de Colima mantiene una “etapa efusiva” que se ha incrementado desde el 7 de julio, lo que implica que el material (con alcances de flujos piroclásticos) será expulsado en los próximos días, sin descartar actividad explosiva significativa.

 

Las emisiones de lava se han manifiestan por tres flancos: norte, suroeste y sur, con alcances de flujos piroclásticos aproximados, hasta el momento de 2.5 kilómetros de distancia con respecto al cráter.

 

La Coordinación Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación indicó que durante la noche del jueves y la madrugada del viernes se registró una explosión de incandescencia por cinco horas, tres niveles por abajo del histórico ocurrido el 6 de junio de 2005.

 

El informe señala que las Unidades de Protección Civil de Colima y Jalisco no registran afectaciones a la población por estos eventos. Sin embargo, se ha reportado caída ligera de ceniza en la zona norte del municipio Villa de Álvarez, Colima.

 

También se realizan recorridos permanentes por las rutas de desalojo y las zonas de riesgo, con vigilancia especial en las barrancas de La Arena y La Lumbre, en los límites entre Colima y Jalisco.

 

La Coordinación Nacional de Protección Civil activó los protocolos de vigilancia y comunicación para el monitoreo del Volcán de Colima, así como el despliegue de personal para la coordinación de acciones interinstitucionales con los gobiernos de Colima y Jalisco.

 

También se realizó este viernes un sobrevuelo para dictaminar las condiciones del domo y se reunió el Subcomité de Fenómenos Geológicos, que determinó mantener la observación del comportamiento en las próximas horas, esperando que la actividad se mantenga los próximos días y semanas.

 

Como parte del monitoreo especial frente a este escenario, continuarán los vuelos de observación y reconocimiento y se realizarán mediciones de dióxido de azufre, además de que se solicitarán imágenes interpretadas de la cima del volcán al Servicio Geológico de Estados Unidos.

 

En el contexto de la época de lluvias actual y dado el material depositado en el edificio volcánico, se recomienda a la población mantenerse alejada por lo menos cinco kilómetros a la redonda del cráter y, especialmente, no permanecer en barrancas cercanas.