Vientos de cambio soplan en la industria de las Telecomunicaciones. En realidad, vienen dejando una fuerte brisa desde hace algunos años, pero de acuerdo a diferentes noticias que circularon durante esta semana, parece que podrían acelerarse en los próximos meses o años.

 

La primera, México es el segundo mercado más importante para Netflix a nivel mundial, solamente después de Estados Unidos de un total de 50 países en los que tiene presencia, de acuerdo con un análisis de la empresa de investigación GlobalWebIndex.

 

netflix

 

 

La segunda, Grupo Televisa reportó resultados de uno de sus peores trimestres en los últimos años, el segundo del 2015, atribuidos en buena medida, de acuerdo a información de la misma compañía, a las bajas ventas de publicidad en época electoral, donde además, hubo inventario que entregar a los partidos políticos, de acuerdo a las obligaciones que la más reciente reforma electoral establece a las televisoras. Finalmente, la misma empresa en plena diversificación de sus negocios, y con la noticia de que pudiera regresar al negocio de la telefonía móvil.

 

Vayamos por partes. El dato de Netflix es bastante interesante, y deja ver que la cultura de la televisión que durante años ha dominado en México, de una u otra forma sigue presente. Solo que estamos hablando de una televisión diferente. Desde la perspectiva de contenidos, más alineada a un mundo global, con series y producciones aparentemente no tan cercanas a la realidad nacional, pero sí de interés para sus millones de suscriptores. Ahí está el éxito de Frank Underwood y su House of Cards, ganadora de premios Emmy en el año 2013, Orange is the New Black, otra serie original de Netflix, y el cada vez más rico catálogo de series, documentales, y conferencias sobre innovación, por citar algunas de sus categorías. Por otro lado, se trata de una televisión bajo demanda en toda la extensión de la palabra.

 

El consumidor elige el momento, la hora, el dispositivo, la calidad y hasta el número de veces que consume un contenido, algo diametralmente opuesto al paradigma de la televisión tradicional. Finalmente, se trata de un modelo sumamente atractivo para las finanzas del consumidor. Por 99 pesos al mes, se puede consumir todo el contenido Premium que se quiera (porque realmente se trata de contenido Premium), sin necesidad de mirar la publicidad que con frecuencia hace que cambiemos de canal en la TV tradicional.

 

Con respecto al impacto de la venta publicitaria en Televisa, es verdad, las nuevas normas electorales dejaron a un lado una buena cantidad de dinero, no solo para esta empresa sino para su competidora, TV Azteca y en general todos los medios de comunicación donde tradicionalmente ha habido publicidad electoral. Sin embargo, y vale la pena otra vez hacer un contraste con los medios digitales como Netflix, el valor masivo de su audiencia se ha venido deteriorando en la medida en que los audiencias más jóvenes prefieren mantener la TV apagada, pero nunca el teléfono móvil, o la computadora, y quienes quedan como consumidores de la TV tradicional envejecen (preguntemos a alguna persona menor a 25 años, que ya posea un celular, qué prefiere que le quiten, si la TV o el móvil, y confirmarán ese envejecimiento de la TV tradicional). Adicionalmente, el consumo bajo demanda de las plataformas digitales, permite un seguimiento cada vez más sofisticado de las audiencias, haciendo sumamente efectivo el que los anunciantes puedan alcanzar la audiencia precisa que necesitan, algo difícil de lograr con un medio donde la comunicación es unidireccional (del emisor al televidente), y sin interactividad, como la televisión.

 

Por otro lado, la posibilidad de ingresar a la telefonía móvil de nueva cuenta, se da después de una reforma de Telecomunicaciones que permitirá que las empresas interesadas puedan utilizar redes de terceros por una parte, y por otra, en un momento en el que la velocidad de las mismas, la calidad y tamaño de las pantallas de los dispositivos, y la variedad de contenidos, hace mucho más viable tener una oferta más ad hoc, o dicho de otra forma, “tipo Netflix”. Visto de otra forma, podría ser una clara señal de que la televisora tiene una visión de futuro en sus planes.

 

Es en el análisis de todos estos escenarios donde el verdadero llamado triple play, empieza a jugar. La propuesta, relacionada a la posibilidad tecnológica de enviar datos, televisión y voz a través de la misma red, cobra mucho más sentido cuando se alinea una misma estrategia a los tres componentes. El verdadero cambio en la industria de los medios, y en particular, de la TV, apenas comienza.