ASUNCIÓN. Francisco detuvo hoy el papamóvil para escuchar la canción que le dedicaron un grupo de reclusas de la cárcel de mujeres del Buen Pastor, en Asunción, quienes le esperaban fuera de la penitenciaria para darle la bienvenida, tras su llegada a Paraguay procedente de Bolivia.

 

Las “50 voces de esperanza”, el nombre del grupo de internas, dieron la bienvenida al papa con una canción y subidas sobre una tarima en ese punto de la capital paraguaya, uno de los más concurridos desde la llegada del papa minutos antes al aeropuerto de Asunción.

 

Tras escuchar y bendecir a las reclusas, Francisco volvió a subir al papamóvil y se dirigió a la Nunciatura, donde descansará un tiempo.

 

Desde el aeropuerto de Asunción, donde llegó procedente de Bolivia, Francisco hizo trece kilómetros sobre el papamóvil, un recorrido que estuvo plagado de miles de personas que tomaron las calles para saludarle.

 

A su llegada al aeropuerto el papa fue recibido por el presidente paraguayo, Horacio Cartes, con quien hoy se entrevistará en el Palacio de López, la sede presidencial, después de su breve reposo en la Nunciatura.

 

La agenda del papa se reinicia el sábado en el santuario de Caacupé, a unos 50 kilómetros de Asunción y capital mariana de Paraguay, donde oficiará una misa que se prevé multitudinaria.

 

Ese mismo día acudirá a un acto religioso en la Catedral, en el centro de Asunción, donde antes recibirá las Llaves de la Ciudad de manos del intendente, Arnaldo Samaniego.

 

El domingo Francisco visitará el Bañado Norte, uno de los barrios pobres de Asunción colindantes con el río Paraguay, y luego presidirá una misa en Ñu Guasú, el parque más grande del Gran Asunción, uno de sus últimos actos antes de cerrar su estancia en el país suramericano.

 

Francisco es el segundo papa que visita en Paraguay después de Juan Pablo II, quien estuvo en 1988.