UFÁ, Rusia. El presidente ruso, Vladímir Putin, aislado por Occidente, se arropó con una quincena de mandatarios en Ufá, donde el grupo BRICS concluyó una cumbre con una declaración en favor de un mundo multipolar y puso en marcha su nuevo sistema financiero, sin aludir al papel de Moscú en la crisis ucraniana.
Los jefes de Estado o de Gobierno de Rusia, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, las economías emergentes BRICS, cerraron su encuentro anual con el reconocimiento de que el bloque afronta desafíos globales, pero decididos a seguir siendo un motor de crecimiento, un “faro de esperanza”, como lo definió el primer ministro indio, Narendra Modi.
A la clausura de esta cumbre en la capital de la república rusa de Bashkiria se sumó otra decena de mandatarios de países exsoviéticos y asiáticos que hoy participarán en el encuentro de la Organización de la Cooperación de Shanghái, un bloque regional de seguridad y cooperación político-económica.
“Saludamos la culminación del proceso de creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y del Fondo de Reservas con un volumen de recursos total de 200 mil millones de dólares”, afirmó Putin al concluir la sesión plenaria de la cumbre.
“El NBD, con un capital de 100 mil millones de dólares, llevará a cabo proyectos de desarrollo de envergadura en los países de nuestra organización. Esperamos que los primeros de ellos se pongan en marcha ya el próximo año”, dijo el líder del Kremlin.
La puesta en funcionamiento del banco y de un Fondo de Reservas en divisas que el ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, calificó como “un mini FMI”, fue considerada por los cinco líderes BRICS como un hito en el desarrollo del bloque.
“Podemos decir que este es un año histórico para los BRICS, un gran paso adelante”, afirmó el dirigente de Sudáfrica, Jacob Zuma, en referencia a estas nuevas instituciones financieras llamadas a dar a asistencia a sus socios en caso de necesitar liquidez y que más adelante se abrirán a nuevos miembros.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, subrayó, por su parte, el objetivo del banco de facilitar financiación para la construcción de infraestructuras en los países emergentes y en desarrollo.
Pero junto a la vertiente económica, la declaración de 77 puntos aprobada por los líderes de los BRICS supone un espaldarazo a la aspiración de Moscú de imprimir al bloque un carácter político, de coordinación de posiciones en las instancias internacionales y de rechazo al unilateralismo promovido por Estados Unidos.
Los mandatarios rechazan “las intervenciones militares y las sanciones económicas unilaterales” e insisten en que se debe descartar “el doble rasero” en las relaciones internacionales.