El panista Sergio Eguren afirmó que jamás hubo una agresión sexual al narran lo que ocurrió en la ciudad de Fortaleza a un año de su detención luego de un partido del Mundial de Futbol Brasil 2014, y aseguró que se trató de una batalla campal entre mexicanos y brasileños.
Señaló que la información que se manejó en México se distorsionó, “fuimos agredidos por gente influyente del estado de Ceará” –estado donde está Fortaleza, pues algunos brasileños se “sentían molestos por la presencia de mexicanos, como muchos brasileños se sentían ofendidos por la presencia de extranjeros”.
En entrevista con Ciro Gómez Leyva para Radio Fórmula, Eguren comentó que luego del partido México contra Holanda, donde tomaron algunas cervezas, se dirigieron al Fan Fest, pues querían hacer tiempo para llegar al aeropuerto, asegurando que fuera del estadio no ingirieron bebidas alcohólicas.
Sin embargo, había mucha gente en las calles, por lo que al taxi en el que viajaba Sergio y sus tres acompañantes “en algún momento se acerca un tipo que venía gritándose ya con mexicanos (…) al vernos también con playeras se acerca al taxi y fui agredido con dos o tres golpes en la cara”.
Agregó que, su hermano al ver la agresión se baja del taxi, y otro grupo de mexicanos iniciaron una riña campal, dejando claro que no hubo ninguna agresión sexual, pues la mujer jamás presentó una denuncia en ese sentido. “La historia de la mujer sale para justificar de él y decir. Le faltaron al respeto a mi esposa, es por eso que yo voy y los agrego”.
Eguren precisó que la gente que los acusó son hijos del director de Servicios Periciales del Estado; además tienen relación con funcionarios como la procuradora y del Ministerio Público del Estado; todo está documentado.
Destacó que alrededor de 10 días “permanecimos incomunicados”, precisó el otrora funcionario de la delegación Benito Juárez que ahora está litigando, que quiere dejar claro lo ocurrido en Sudamérica y “también recuperar la reputación y el nombre”.
Una vez detenidos, continuó el relato, no le prestaron atención médica por una costilla rota, señaló que luego de tres días recibieron la visita del Consulado mexicano y tres días después, argumentando que se podían escapar, fueron llevados a una prisión de mediana seguridad en condiciones de aislamiento.
Cabe señalar que en Brasil, durante un proceso judicial, “nadie lleva el proceso penal dentro de la cárcel; todos pueden estar afuera mediante un aparo”; además les retuvieron pasaportes y otros documentos bajo el argumento de que se podían escapar por ser influyentes.
Además de señalar que escupían a su comida, orinarse en la reja cuando pasaban lista y les apuntaban con un arma; “entraba gente del gobierno del estado a tomarnos fotografías desnudos o semidesnudos” para informar lo que les sucedía en la cárcel.
Con el tiempo, señaló, se hicieron amigos de custodios e internos, quienes no creían que hubieran golpeado a alguien.
“Fue un error, y yo lo digo así, haber estado en el carácter de funcionarios públicos tal vez en una situación que se podía haber salido de control (…) el error fue defenderse y haber estado allá”.
Sergio Eguren reiteró que el viaje fue pagado con recursos propios, mostrando estados de cuenta que sigue pagando, pues aprovechó promociones de meses sin intereses.
De los cinco meses y medio que estuvieron en Brasil; dos meses estuvieron en la cárcel y el resto del tiempo arraigados en un departamento.
Sergio Eguren señaló que luego del apoyo consular y la politización del tema, nunca tuvieron contacto con la Embajadora de México en Brasil, Beatriz Paredes, quien “nunca tuvo la oportunidad o el tiempo de tomarnos una llamada”. El apoyo que recibieron fue de la Cónsul de República Checa, en una especie de apoyo por la cantidad de mexicanos que fueron a Brasil.
Ya arraigados, no podían acudir al cine o a sitios donde hubiera grandes concentraciones de gente, por el temor de que provocaran otra trifulca.
Ya en México, dos compañeros fueron exonerados, Sergio Eguren tiene que pagar una serie de despensas y su hermano impugnará la sanción que le fue impuesta.
Producto de lo ocurrido Sergio Eguren tuvo que cambiar a sus hijos de escuela y se mudó de casa.
Luego de todo lo que paso, decidieron esperar un tiempo prudente para dar a conocer la verdad de lo que ocurrió, una vez que pasaran las elecciones.
Además, buscan crear la asociación “No era penal, ni será”, con la finalidad de apoyar a los mexicanos detenidos en el extranjero que, como ellos, no reciban la ayuda necesaria por parte de las autoridades mexicanas; “Ante esta inatención de la Embajada y ante lo que vivimos, sentimos que los mexicanos deben tener un apoyo extra en este tipo de situaciones en las que te encuentras vulnerable fuera de tu país”.
En estos momentos, precisó Sergio Eguren, están a la espera de la revisión por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores y se apruebe el nombre “No era penal ni será”. DM