BUENOS AIRES. Los argentinos tienen siempre presente la última crisis económica. Según el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza en 2014 aumentó por cuarto año consecutivo y afectó a un 28.7% de la población, un punto porcentual más que un año antes.
El informe molestó al gobierno de la presidenta Cristina Kirchner, quien en la cumbre de la las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) estimó el número de pobres estaba por debajo del 5%.
Ayer el jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, tildó de “falaz” el informe de la (UCA) y aseveró que “no está cerca de la realidad ni por casualidad y el cálculo es pésimo. Ninguna posibilidad tiene de representar realmente lo que sucede en la Argentina”.
Para justificar la ausencia de estadísticas oficiales sobre esta problemática desde la primera mitad de 2013, cuando informó que la pobreza alcanzaba al 4.7 % de la población, el jefe de ministros argentino señaló que “el gobierno está redefiniendo su forma de medir la pobreza”.
“La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) dice en 2014 que la Argentina baja la pobreza a un 7%”, agregó.
Nuevo cruce entre con comunidad judía
Mientras tanto y a sólo tres días del 21 aniversario del atentado contra la mutualista judía AMIA, el gobierno y la comunidad judía mantuvieron un nuevo cruce de acusaciones a raíz del memorando de entendimiento firmado con Irán para esclarecer el ataque terrorista que dejó 85 víctimas mortales.
La Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina (DAIA) aseguró que no tiene que pedir perdón, en respuesta a las palabras de la presidenta, quien criticó a través de Twitter a la dirigencia judía del país por la forma en que trataron al canciller argentino, Héctor Timerman.
Fernández informó que el canciller había sido sometido a una operación y señaló que, tras la firma del acuerdo con Irán, el canciller, judío, “sufrió mucho por cómo fue tratado por cierta dirigencia comunitaria (judía) que lo llegó a agraviar calificándolo de traidor”.
El tesorero de la DAIA, Mario Comisarenco, detalló que durante el fin de semana se interesaron por la salud del canciller y le hicieron “llegar un mensaje deseándole una pronta recuperación”.
“Esto no invalida que sigamos pidiendo y reclamando la inconstitucionalidad del memorándum, que se firmó con él como canciller. Una cosa no tiene nada que ver con la otra”, dijo Comisarenco a la Agencia Judía de Noticias.