La empresa de servicios de transporte por aplicación Uber espera replicar en el resto de América Latina su éxito en la capital mexicana, donde las autoridades acaban de regularizar su servicio, lo que para la compañía es simplemente una respuesta al reclamo de los ciudadanos de tener mejores opciones de movilidad urbana.
“Estamos emocionadísimos, nos parece un parteaguas que una de las ciudades más grandes del mundo haya hecho una regulación que pone en el centro del debate la petición de los ciudadanos y la libre oferta y demanda”, afirmó a Efe la directora de Comunicación para América Latina de empresa estadounidense, Ana Paula Blanco.
Según Blanco, más allá de la “batalla” con los taxis de Ciudad de México, que se han manifestado en varias ocasiones contra el novedoso servicio, lo que esta regularización permite “es allanar el campo en lugares donde tradicionalmente no había competencia”.
“Invariablemente va a representar una mejoría para la ciudadanía”, da “valor y certeza jurídica” a los habitantes, las autoridades y a Uber, y “certifica que vamos a seguir dando el servicio al que nos habíamos comprometido y nunca vamos a bajar la vara”, agregó.
Blanco recordó que, con cerca de nueve millones de habitantes, unos 20 millones si se toma en cuenta su zona metropolitana, la Ciudad de México presenta “grandes problemas de movilidad” y la firma de transporte personal sólo intenta aportar soluciones, como está tratando de hacer también en otras ciudades del país.
Para Uber, la capital mexicana es un referente no sólo por su tamaño sino por ser una de las primeras urbes en que intentó entrar (hace dos años) y donde tiene una de las operaciones más grandes en el mundo.
“Esperamos que la regularización en Ciudad de México abra las conversaciones en otros países latinoamericanos”, pues “tener una normatividad nos puede abrir una conversación aterrizada de lo que representaría” en cada país, explicó.
“Es un buen antecedente de la importancia de tomar la postura del ciudadano como eje de la discusión”, reiteró.
Uber está presente en muchas capitales latinoamericanas. Después de la de México, la de Colombia, con un año y medio, Brasil, con un año, y Chile con cerca de uno, son aquellas donde trató de ingresar primero.
Por el momento, en Ciudad de México Uber tiene medio millón de usuarios” y 10 mil socios conductores.
“El 42 % de los socios conductores estaban desempleados antes de entrar a Uber”, que ha representado para la metrópolis mexicana “una nueva fuente de ingresos que no existía”, se alegró Blanco.
Aclaró además que la empresa no le está “quitando trabajo a los taxistas”, pues 82 % de sus usuarios “tiene carro particular y no usaba taxi”.
De ellos, cerca de 45 % “está replanteándose seguir teniendo coche”, lo que es una muestra también de los beneficios que puede tener el servicio en materia medioambiental, sobre todo en una mancha humana por la que circulan a diario unos cinco millones de vehículos.
El Gobierno de Ciudad de México publicó el miércoles el esquema de regulación del servicio privado de pasajeros mediante aplicaciones y plataformas informáticas, en el que destaca su registro ante la Secretaría de Movilidad.
“La regulación se desprende del interés ciudadano de que el Gobierno capitalino atendiera esta modalidad de transporte y como resultado de un proceso de consulta en que participaron tanto expertos en movilidad y representantes del servicio de transporte concesionado de taxis, como de transporte privado mediante plataformas electrónicas”, señaló el Gobierno capitalino.
Los taxistas en Ciudad de México han realizado manifestaciones contra lo que consideran un servicio “ilegal” de las empresas de servicio de transporte por aplicación como Uber y Cabify.
Usuarios de Uber entregaron el 8 de julio al Gobierno capitalino más de 121 mil firmas de apoyo a la empresa, si bien se declararon favorables a que se le aplique una “regulación ligera” que no se refleje en las tarifas.