¿En qué se parecen Miguel “Piojo” y Messmacher parecidos, subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda y Miguel Herrera, El Piojo, entrenador de la selección mexicana de fútbol? En dos cositas: Una, que los dos ven los fracasos como triunfos, y dos, que a pesar de que el esquema no les funciona, se resisten a hacerle cambios.
Lo peor del asunto es que quieren vender a la sociedad y a la opinión pública las derrotas como triunfos. En el caso de El Piojo, el país no pierde nada con sus errores, malas estrategias y hasta estulticias. Pero la actuación del subsecretario tiene doble efecto: Por un lado, le hace creer al presidente Enrique Peña Nieto que a pesar de que no se obtuvieron los resultados esperados, ni se cumplió con la expectativa de obtener miles de millones de dólares, el aprendizaje del fracaso fue bueno. Lo de siempre pues, “perdimos pero aprendimos”. Por el otro, pretende engañar a la sociedad con el argumento de que aunque sólo se colocaron dos paquetitos de los 14 que se licitaron, el país va a ganar un montón de lana.
Dice la información oficial: El porcentaje de la participación del Estado en la Utilidad Operativa de las posturas ganadoras fue de 55.99% y 68.99% para los bloques 2 y 7, respectivamente. Esto se suma a los ingresos que el Estado obtendrá por el pago de regalías, el impuesto por las actividades de exploración y extracción de hidrocarburos y el impuesto sobre la renta. Considerando estos elementos adicionales, el Estado recibirá 74% y 83% para los bloques 2 y 7, respectivamente, de la utilidad generada por los contratos de exploración y extracción. En virtud de que el contrato contiene un esquema fiscal progresivo, en caso de presentarse un alza en los precios de los hidrocarburos o se descubran volúmenes de petróleo o gas superiores a lo previsto, el Estado percibirá un porcentaje mayor de la utilidad total del proyecto.
El incremento en la inversión con respecto al Programa Mínimo de Trabajo preestablecido por la CNH fue de 10% en promedio. Se estima que la inversión total en las áreas adjudicadas podría ascender a 2.7 miles de millones de dólares durante la vigencia de los contratos. Así de claro, pues.
En la explicación del fracaso no podían faltar las excusas oficiales: “Lo que estuvo a la altura fue la calidad del proceso; las asignaciones constituyen un primer paso en la dirección correcta. A futuro, el proceso continuará siendo regido por credibilidad, certidumbre y transparencia”, dijo el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en París, Francia. ¡Ya entendimos! Exclaman los bisoños. No importaba tanto la cantidad de lana que se obtuviera, sino lo que dice el secretario. ¡Pues por ahí hubieran empezado! Responden los observadores.
Acá en México, los encargados de la rifa señalaron: “Si bien el monto limitado de contratos asignados es debido en parte al contexto internacional complejo por el que se encuentra pasando el sector petrolero, se realizará un análisis detallado de las condiciones de la licitación y los resultados de la misma con objeto de identificar aspectos que sean susceptibles de mejora”.
La sociedad y la opinión pública le gritan a los dos Migueles: Si no pueden renuncien. Dejen de estar ilusionando a la población con sus falsas expectativas.
Bueno, tampoco es para ponerse a llorar, parece decir el “aguador” de El Piojo Herrera y de Messmacher, perdón, el senador David Penchyna: Faltan cinco partidos de la Ronda Uno; van a ver que en esas nos recuperamos, dijo.
¡Síganle, síganle con sus falsas promesas y las altas expectativas de crecimiento!
AGENDA PREVIA
Tal como lo prometió, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, realizó algunos cambios y reacomodos en su gabinetazo –premiando a los que fallaron–, como suele suceder. Por ejemplo, a la secretaria de Desarrollo Social, Rosa Icela Rodríguez la mandó a “pastorear” a los campesinos urbanos en la secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades; en la secretaría de Educación puso a la señora Alejandra Barrales. A Patricia Mercado la nombró secretaria de Gobierno; Héctor Serrano ocupa la cartera de Movilidad. Y logró deshacerse de Joel Ortega en el Metro. Los malosos preguntan: ¿Y dónde está el piloto?
Quince días antes de que se venciera el plazo fijado por la autoridad para liquidar los ingenios licitados el pasado 12 de junio, hoy el grupo Zucarmex, del arquitecto Eduardo do De la Vega, pagó los mil 974 millones de pesos que ofreció por los ingenios Atencingo y San Cristóbal.