BUENOS AIRES. La causa Hotesur que investiga una denuncia por supuesto lavado de dinero a través de empresas ligadas a la familia presidencial en la provincia de Santa Cruz, se metió dentro de la campaña y desató una vez más diferencias el gobierno de Cristina Fernández y el de la Ciudad de Buenos Aires.

 

Ayer el gobierno argentino acusó al alcalde de Buenos Aires y candidato presidencial opositor, Mauricio Macri, de una “campaña sucia” por la participación de la Policía porteña en un allanamiento en Santa Cruz -ordenado por el posteriormente apartado juez Claudio Bonadío.

 

A sólo tres días de las elecciones a la Alcaldía de Buenos Aires y a menos de un mes para las primarias presidenciales, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, acusó a Macri de “financiar operaciones” en plena campaña electoral.

 

En rueda de prensa, Fernández se cuestionó sobre los motivos de Macri para “mandar a su Policía, que depende de él, 2.600 kilómetros de ida y 2.600 de vuelta” y criticó el costo del operativo del pasado lunes en la inmobiliaria en Río Gallegos (sur) de Máximo Kirchner, hijo de la presidenta, para obtener documentación sobre el hotel patagónico Alto Calafate, del que es accionista Fernández.

 

Macri calificó de “vil mentira” las acusaciones del Gobierno y aseguró que la Policía de Buenos Aires “fue convocada por la Justicia” y no a petición de su partido.

 

La polémica surge a raíz del peritaje contable ordenado por Bonadio sobre la empresa Hotesur, gestora del hotel de lujo Alto Calafate, del que es accionista Fernández. Bonadio investiga supuestas anomalías administrativas en Hotesur a partir de una denuncia presentada por la diputada y precandidata presidencial Margarita Stolbizer quien asegura que el hotel puede ser un alojamiento “fantasma” usado en su momento por el matrimonio Kirchner para presuntamente hacer negocios irregulares junto al empresario Lázaro Báez.