La reforma al Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) se dio después de una serie de señales de las autoridades de hartazgo contra el movimiento magisterial, pues mientras el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, se quejaba por su incapacidad de enfrentar a la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el gobierno federal le cerraba la puerta de la negociación a la disidencia.

 

El pasado 16 de julio, durante su reunión con la a Segunda Comisión de la Comisión Permanente, Cué dejó en claro su impotencia ante la CNTE: sin dinero, sin policías y sin el apoyo del Congreso local para reformar las leyes locales de educación. Además, reconoció, en Oaxaca la disidencia controlaba 92% de los puestos del IEEPO.

 

“Se trata de un esquema de apropiación de las estructuras educativas del estado, apuntalado por una membresía sindical integrada por más de 83 mil trabajadores, cuya capacidad de movilización ha superado los mecanismos de contención y control de los gobiernos estatales”, dijo Cué a legisladores federales.

 

Fue una reunión donde quedó en evidencia la debilidad del gobierno de Oaxaca ante la presión magisterial, un movimiento que ya había llevado al límite la paciencia de las autoridades federales, que se levantaron de la mesa de negociaciones el 10 de junio.

 

Ese día, en medio del paro general de labores en las escuelas de Oaxaca, Michoacán y Chiapas que duró 17 días, la Comisión Única Negociadora de la CNTE entró a la Secretaría de Gobernación con la demanda de derogar la reforma educativa.

 

“La Secretaría de Gobernación no se sentará a la mesa con ellos hasta en tanto todos los contingentes movilizados estén en sus escuelas, trabajando. Mientras tanto no hay diálogo con la Coordinadora”, fue la respuesta del subsecretario de gobierno de la Secretaría de Gobernación, Enrique Miranda.

 

La última reunión formal entre la CNTE y Segob fue el 10 de julio, donde el titular de la Unidad de Enlace Federal y Coordinación con Entidades Federativas de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Ozuna, advirtió que el diálogo sería hasta que se repusieran los días de clase perdidos sean repuestos.

 

Durante todo este tiempo, el secretario de Educación Pública federal, Emilio Chuayffet, se mantuvo al margen de las negociaciones, lo cual le generó críticas entre los legisladores federales, quienes lo llamaron a comparecer el 23 de junio para explicar la suspensión de la evaluación docente.

 

No fue la primera vez que cuestionaron al titular de la SEP por sus acciones en el conflicto magisterial en Oaxaca. Su respuesta más contundente la dio el 26 de febrero cuando aseguró que carecía de facultades para intervenir en las escuelas de la CNTE.

 

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